El informe del sanedrín del presidente contemplaba abrir la consulta a todo el territorio estatal
Pere Aragón descarta que la solución al conflicto en Cataluña pueda pasar por una votación sobre la independencia de Cataluña en la que participen todos los españoles; Posibilidad que sugiere el grupo de expertos al que el presidente de la Generalitat ha encargado analizar la viabilidad de un referéndum pactado con el Estado.
El jefe del Ejecutivo catalán ha matizado que sigue apoyando un referéndum al estilo escocés, es decir, por una votación sobre la secesión de Cataluña en la que sólo participen los catalanes y en la que se proponga una respuesta binaria, una Sí o un No a la independencia de la región.
Aragón tiene intención de empezar Pedro Sánchez el compromiso de negociar la autodeterminación a cambio de sus votos para la investidura y exigir un acuerdo en toda la legislatura para la celebración de un referéndum vinculante. Este acuerdo tendrá que llegar antes de 2027, tal y como aclaró el presidente en el Debate de Política General del Parlamento, celebrado el pasado 26 de septiembre.
El informe del Sanedrín de Aragón propuso cinco tipos diferentes de referéndum y, en tres de ellos, evitó limitar el voto al territorio catalán, optando por dar también voz en la consulta al resto de España.
Aragonès ha defendido que la opinión de los académicos demuestra que un referéndum de independencia vinculante es posible y legal y ha anunciado que, tras el debate de investidura, convocará a todos los partidos representados en el Parlament para trasladar su intención de proponer al futuro Gobierno el Indique la celebración del voto secesionista.
El deseo es que sea un referéndum pactado, ha afirmado Aragonès. Cabe señalar en este sentido que, tal y como adelantó EL MUNDO el pasado sábado, el informe de los expertos del Gobierno advierte de que en caso de que una de las partes se niegue a adoptar este acuerdo, ello podría desencadenar en la otra parte a actuar unilateralmente. .
Aunque la parte catalana no tendrá que decidir unilateralmente el futuro constitucional de Cataluña, la contraparte española no debería ejercer un veto insuperable sobre el horizonte político propuesto por una eventual mayoría de ciudadanos catalanes, afirma el texto.