En medio de la noche, un dolor insoportable en el pecho sacó a Michelle de su sueño pacífico. Cuando abrió los ojos, vio cómo un encapuchado la apuñalaba en repetidas ocasiones mientras ella intentaba defenderse con las manos. Aunque la joven recibió varias puñaladas más, logró alejarse del agresor tirándolo de la cama a patadas. Tal fue la resistencia de Michelle que el individuo se cortó con el arma y huyó, dejando un rastro de sangre en el camino.
A los pocos días se confirmaron los peores presagios: la sangre pertenecía a un conocido de la víctima. Era su vecino Michael Gargiulo, un joven de aspecto inofensivo que disfrutaba acechando y apuñalando a mujeres jóvenes. La policía acababa de descubrir que estaban tratando con un peligroso asesino en serie, el el destripador de hollywood.
obsesionado con el crimen
Michael Thomas Gargiulo nació el 15 de febrero de 1976 en Glenwiew, un tranquilo suburbio al noroeste de Chicago, en una familia de siete hermanos de los que no se ha dado a conocer información. Los datos verificados solo apuntan a la agresividad que nuestro protagonista, ya siendo un niño, ejercía en su barrio. Un barrio que padecía su mal genio y sus malos modales, lo que le valió fama de matón.
En apenas unos segundos, el chico pasó de tener un comportamiento normal a una actitud vehemente y agresiva, lo que desconcertó a sus allegados. Uno de ellos, Scott Olson, aseguró a la prensa que Michael se volvió “inhumano”, como si alguien accionara un interruptor y de repente se volviera “loco”.
Michael Gargiulo, en una prueba como actor
En su adolescencia, Michael canalizó ese exceso de energía negativa y violencia a través del deporte. Más concretamente el fútbol americano y el boxeo. A esto se sumaba su afición por el crimen y los asesinos en serie: le fascinaba la historia de Ted Bundy, el asesino de universitarios, y todo lo relacionado con la medicina forense.
De esas lecturas obtuvo suficiente información para convertirse en un acosador nato y pasar los siguientes 15 años de su vida acechando, vigilando, acosando y cazando jóvenes para cumplir sus fantasías más espantosas. Así fue como llevó a cabo el mismo modus operandi.
Michael Gargiulo, el ‘Destripador de Hollywood’
Michael eligió víctimas jóvenes, atractivas y extrovertidas, principalmente residentes cercanos a su casa, a quienes podía controlar y espiar fácilmente. En cuanto conoció sus rutinas, interactuó con ellos, e incluso trató de establecer algún tipo de vínculo, ya sea sentimental o amistoso. Le gustaba ser parte de sus vidas, controlarlos, lo que le producía una gran excitación sexual.
En cuanto a las víctimas, solo vieron en él al típico chico de al lado, un vecino inofensivo, aunque con una mirada un tanto extraña. Sin embargo, ninguno de ellos se sintió amenazado por su presencia y nunca sospecharon de él.
Michael Gargiulo se tapó la cara para realizar los ataques
La mayor satisfacción para Michael fue ejercer poder y control sobre su presa sin necesidad de ningún contacto sexual. Por eso nunca violó a ninguno de ellos, porque su juego y su patrón tenían que ver con un dominio aún mayor, el de la observación. De ahí que, cuando ya tenía todo bajo control en su mente, el criminal pasó a la siguiente fase: la del asesinato.
Lo hizo en plena noche, encapuchado y con un gran cuchillo. Y, una vez dentro de la habitación de la víctima en la que dormía, la apuñaló brutalmente hasta la mutilación. De ahí el apodo de él, el Destripador de Hollywood.
crímenes
Su primera víctima fue Tricia Pacaccio, vecina y hermana de uno de sus compañeros de clase, que vivía a la vuelta de la esquina de su casa en Glenwiew. Esa noche del 13 de agosto de 1993, Michael siguió a Tricia, quien regresaba a casa de una fiesta, cuando el adolescente la apuñaló inesperadamente hasta doce veces. Su padre descubrió su cuerpo a la mañana siguiente.
Durante años, los investigadores entrevistaron a decenas de testigos, amigos y familiares de la víctima, recogieron todo tipo de pruebas, guardaron los restos encontrados bajo las uñas de Tricia… pero ninguna pista les condujo al culpable. Cabe recordar que, en ese momento, la tecnología no estaba lo suficientemente avanzada para analizar y comparar muestras de ADN. La policía tardó casi veinte años en encontrar al asesino.
Tricia Pacaccio, primera víctima de Michael Gargiulo
Por su parte, Michael siguió con su vida y mantuvo un perfil bajo hasta 1998, año en el que se mudó a Los Ángeles: quería probar suerte en el mundo de la actuación. Sin embargo, eso no le permitió ganarse la vida, por lo que terminó trabajando como portero de un club nocturno en Hollywood.
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En este momento, Michael se volvió inseparable de Temer Leary y Anthony DiLorenzo, compañeros del club, a quienes terminó confesando en el año 2000 que había asesinado a una niña en Chicago. “Dejé al zorro por muerto en los escalones”, les dijo. Una afirmación que nadie creía que fuera cierta. Hasta 2011 y la emisión de un documental en televisión.
Ashley Ellerin (en el centro de la imagen), segunda víctima de Michael Gargiulo
Entre 2001 y 2008, Michael cometió dos delitos más y un intento de asesinato. Disfrazado como un vecino tranquilo y atento que trabajaba como reparador de aire acondicionado, sus víctimas nunca lo vieron como una amenaza potencial. Estaban equivocados: Mike, como lo llamaban, les tenía reservado un destino trágico.
La tarde del 21 de febrero de 2001, Ashley Ellerin, una estudiante de moda de 22 años, se disponía a tener una cita: había conocido a un conocido actor en ciernes, Ashton Kutcher, e iban a una fiesta de los Grammy. . Pero Michael arruina sus planes románticos. Se coló en la casa mientras ella se duchaba y, al salir, la apuñaló 47 veces.
Ashley Ellerin y Ashton Kutcher
Dos horas después de la última conversación entre Ashley y Ashton, el actor fue a buscar su cita alrededor de las 22:45: la joven llegaba algo retrasada. Al llegar, Kutcher no entendió nada, pues las luces estaban encendidas, pero nadie le abrió. Justo cuando estaba a punto de irse, miró por una ventana y vio lo que pensó que era vino tinto derramado en el suelo. No era vino sino sangre. La intérprete se fue sin saber que Ashley había sido asesinada.
A la mañana siguiente, su compañera de cuarto, Jennifer Desisto, encontró el cuerpo y la policía inició una investigación. Sin embargo, ninguna prueba los condujo a un individuo en particular. Michael se estaba saliendo con la suya otra vez.
Maria Bruno, tercera víctima asesinada por Michael Gargiulo
Algo similar sucedió con el asesinato de María Bruno, una mujer de 32 años y madre de cuatro hijos, quien murió el 1 de diciembre de 2005 tras recibir 17 puñaladas dentro de su dormitorio. Entre las pruebas recabadas: una bota quirúrgica azul con una mancha de sangre encontrada en el patio frente al apartamento de la víctima. Las pruebas de ADN confirmaron que se trataba de la sangre de María, pero no localizaron ninguna pista sobre su asesino.
Después de vivir en Hollywood Hills y El Monte, Michael se mudó nuevamente, esta vez a la playa de Santa Mónica, donde cometería su último ataque.
el sobreviviente
El 28 de abril de 2008, Michelle Murphy, de 26 años, dormía tranquilamente en su casa cuando sintió que alguien la apuñalaba. Cuando abrió los ojos, vio a un hombre encapuchado con el que comenzó una feroz lucha por sobrevivir. Y asi fue. La mujer logró golpearlo, sacarlo de la cama a patadas y provocar que se lastimara profusamente. Gracias al rastro de sangre que dejó en la fuga, la policía pudo identificar al agresor.
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El ADN correspondía a Michael Gargiulo, cuya muestra ya estaba en el sistema cuando fue recolectada para el caso Pacaccio. Su detención se produjo el 6 de junio y, en un primer momento, fue acusado de tentativa de homicidio. A las pocas semanas y ya en la cárcel, la policía descubrió pruebas que lo vinculan con los asesinatos de Ashley Ellerín y María Bruno. ellos hubieron cazado el destripador de hollywood.
Michelle Murphy, superviviente del atentado de Michael Gargiulo
Sin embargo, el crimen de Trizia Pacaccio quedó sin resolver. Tenía que salir un programa de televisión de la CBS titulado 48 horas con tu especial el chico de al lado, por lo que dos nuevos testimonios señalaron a Michael como el autor del asesinato de la joven. Se trataba de Temer Leary y Anthony DiLorenzo, sus antiguos compañeros de trabajo.
Al ver la historia de Trizia contada y a sus padres completamente devastados en la televisión, los hombres decidieron contar lo que sabían: la confesión que les hizo Michael ese año 2000. Con esta información, el programa contactó a los investigadores y, 18 años después, Michael Gargiulo fue acusado de un tercer delito. , asesinato en primer grado.
Muerte y destrucción
“Mi verdad es ser cien por cien inocente, ser acusado injustamente… Lo único que puedo hacer es estar tranquilo y luchar por mi inocencia”, declaró el acusado desde la cárcel antes de ir a juicio.
Después de 11 años de retrasos, finalmente la audiencia judicial contra el el destripador de hollywood se llevó a cabo el 2 de mayo de 2019 en el Tribunal Superior de Los Ángeles. Fue acusado de los asesinatos de Ashley Ellerin y Maria Bruno y del intento de asesinato de Michelle Murphy.
Michael Gargiulo, durante el juicio en 2019
Tres meses, 79 testigos y 350 pruebas más tarde, el jurado encontró a Michael Gargiulo culpable de todos los cargos. De nada sirvió que su defensa aludiera a un enajenamiento mental durante los hechos. Las pruebas eran irrefutables: el testimonio del superviviente y la sangre del imputado en su domicilio, las bombas azules utilizadas durante el asalto a María Bruno y encontradas tanto en un callejón como en la casa del delincuente, y hasta veinte similitudes entre los ataques. de Todas las mujeres.
Eran “asesinatos cuidadosamente planeados. Su pasatiempo era planear la oportunidad perfecta para atacar a las mujeres”, dijo el fiscal Dan Akemon sobre Gargiulo.
Ashton Kutcher testifica en el juicio de Michael Gargiulo
El 15 de agosto, el juez Larry Paul Fidler calificó los crímenes de “depravados y aterradores” al dictar sentencia, reconociendo el patrón de las víctimas del asesino, que siempre resultaron ser sus vecinos. “En este caso, dondequiera que iba el señor Gargiulo, seguía la muerte y la destrucción”, escribió.
Por su parte, el destripador recibió el veredicto de culpabilidad sin mostrar emoción alguna. Dos años después, en agosto de 2019, el juez Fidler tuvo que elegir entre la pena de muerte o cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Le tomó otros dos años terminar la pena del juicio. Finalmente, Michael Gargiulo fue condenado a muerte. Era el 16 de julio de 2021.
Diane Pacaccio, durante el juicio contra Michael Gargiulo
Ahora, el reo aún tiene una cuenta pendiente por saldar con la justicia: el juicio por el asesinato de Tricia Pacaccio. Para ello, el estado de California tiene que extraditarlo a Illinois para que enfrente su primer asesinato. De ser declarado culpable, la pena pasaría de 25 años de prisión a cadena perpetua.
Durante tres décadas, la familia Pacaccio solo ha pedido una cosa: justicia. “Eso es lo que se merece mi hija”, dice su madre Diane, una mujer que nunca perdió la esperanza de encontrar al asesino de su pequeña.
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