Las razones oficiales (y no oficiales) del viaje de Joe Biden a Israel



Cuando la presidencia de Joe Biden haya quedado muy atrás y el conflicto palestino esté en una nueva etapa y muy probablemente no esté resuelto, miraremos hacia atrás y Estas horas de Joe Biden en Israel se considerarán cruciales.

Nunca en los últimos tiempos un presidente estadounidense ha ido a una zona de conflicto anunciándolo con antelación. Si se ha hecho esta vez es, evidentemente, porque hay motivos para ello.

Las razones oficiales son, por un lado, explicar el apoyo a Israel y, por el otro, reforzar las aspiraciones de ayuda humanitaria.

En realidad, hay otras tres razones: por un lado, su traslado a Israel – junto con el apoyo – la advertencia de que el conflicto no debe expandirse y, por tanto, hay que limitar al máximo las acciones contra la población civil de Gaza, de tal forma que ni terceros actores -Irán, Hezbollah, milicias iraquíes, etc.- lo utilicen como pretexto para actuar ni la población musulmana. Levántate en el mundo con indignación incontrolada.

La segunda razón fue mostrar también Empatía y consideración por Palestina en particular. y el mundo árabe en general, con Biden reuniéndose con el presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas, con el rey de Jordania y con el presidente egipcio. El ataque al hospital de Gaza y la posterior reacción en las calles del mundo árabe han hecho imposibles estos encuentros.

Tras declarar tres días de luto, Abbas ha asegurado que necesita regresar de Ammán a Ramallah y el rey Abdullah y El Sissi no ven el sentido de la reunión -y es mejor para ellos y para la estabilidad de sus países e incluso para el Estados Unidos, que lo último que necesita es que estos líderes flaqueen.

La tercera razón era enviar un mensaje supuestamente aún más claro de que Nadie más debería involucrarse en el conflicto. Si esto tiene algún efecto, se verá pronto.

Probablemente Irán no esté interesado en una guerra abierta. Pero es igualmente evidente que no teme a la administración Biden y que es perfectamente capaz de sostener, como ahora, una guerra encubierta.

¿En qué medida y con qué precisión? Es un cálculo de alto riesgo del que depende gran parte de la resolución del conflicto.

El viaje de Biden ha quedado paralizado y el capital estratégico que esperaba tener sobre Israel se ha visto tan afectado que el presidente estadounidense corre ahora el riesgo de convertirse en rehén político de cualquier acción que emprenda Israel.

O dicho de otro modo, lo que le acaba de pasar a Biden es lo que le ha pasado a casi todo el mundo en Oriente Medio: las circunstancias le han llevado a una posición dramática con la que no contaba.

La única diferencia es que cuando esto le sucede al presidente de Estados Unidos, las consecuencias suelen afectar a todos.

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