La provincia perdió más de 2.300 habitantes en los primeros ocho meses del año, si se números de nacimiento y muerte. La sangría demográfica sigue profundizándose, según datos del Instituto Nacional de Estadística, cuyas estimaciones apuntan al tercer peor registro de daños recientes.
Él equilibrio vegetativo o natural -la diferencia entre nacimientos y defunciones- arroja, en concreto, una cifra negativa de 2.316 habitantes. Una vez cerrado el segundo trimestre, el INE estima la llegada de 863 nuevas personas orensanas hasta agosto. Por otro lado, las muertes hasta la semana 35 -la última de ese mes- alcanzaron los 3.179. Este último movimiento demográfico mitiga el peor número de nacimientos registrados por el instituto estadístico desde el inicio de la serie, en 2016.
Ourense vuelve a registrar malos datos de población lo que encamina el balance de este año a cifras similares a las de años anteriores. Las estadísticas del INE reflejan que el saldo natural restó el año pasado 3.647 habitantes a la provincia, una tendencia que sólo mitiga la llegada de nuevos inmigrantes.
Él equilibrio vegetativo o natural -la diferencia entre nacimientos y defunciones- arroja, en concreto, una cifra negativa de 2.316 habitantes. Una vez cerrado el segundo trimestre, el INE estima la llegada de 863 nuevas personas orensanas hasta agosto. Por otro lado, las muertes hasta la semana 35 -la última de ese mes- alcanzaron los 3.179. Este último movimiento demográfico mitiga el peor número de nacimientos registrados por el instituto estadístico desde el inicio de la serie, en 2016.
Ourense vuelve a registrar malos datos de población lo que encamina el balance de este año a cifras similares a las de años anteriores. Las estadísticas del INE reflejan que el saldo natural restó el año pasado 3.647 habitantes a la provincia, una tendencia que sólo mitiga la llegada de nuevos inmigrantes.