El atracador de Ourense que quería volver a prisión acepta dos años



Con casi 59 años, el orensano Francisco Javier Domínguez ha vivido en Euskadi, donde creció joven, pero Pasó casi la mitad de su vida en prisión., donde el crecio. Ha sido inquilino del centro penitenciario de Pereiro de Aguiar aunque también pasó por Monterroso (Lugo). Esta semana afrontó un nuevo juicio en la Cárcel 2, con una acusación por un delito que conoce muy bien, robo con intimidación. El robo a una jamonería de la ciudad, que nunca se concretó porque un empleado se enfrentó a él. Aceptó, desde prisión, previo acuerdo con el fiscal, dos años de privación de libertad. Los hechos que lo llevaron a juicio ocurrieron cuando no habían transcurrido ni tres meses desde que logró ajustar sus cuentas con la justicia -marzo de 2023- tras sumar casi 30 años de condenas Eso llenaría varias casillas.

Los hechos

El 12 de junio del año pasado, sobre las 16.55, ingresó a la tienda Jamones Martínez de la calle Carriarico, al lado de Barbaña, con un cuchillo en la mano. Para no ser reconocido, llevaba la capucha de su sudadera y una mascarilla quirúrgica. Detrás del mostrador había dos empleados a quienes pidió el dinero de la colecta. Intentó acceder a la caja, pero desistió cuando uno de los trabajadores Se enfrentó al agresor con un cuchillo jamonero. La Policía no tardó en detenerlo.

Pero lo más sorprendente fue cuando en su primera declaración ante el tribunal admitió la agresión y explicó que lo hizo porque queria volver a la carcel. No se adaptó a la vida en libertad. Posteriormente, ya en prisión provisional por aquel hecho delictivo, empezó a querer salir más.

Los robos de Francisco Javier Domínguez comenzaron cuando el botín se contaba en pesetas, a finales de los años 80 del siglo pasado. La drogadicción le llevó a encadenar una agresión con otra. De los bancos -su mayor botín fue en 1997, donde agredió con un cuchillo al director y se llevó 200.000 pesetas (1.200 euros)-, del usuario de un cajero automático, de comerciantes o de bolsos de mujer que paseaban por la calle. Las armas utilizadas, desde pistolas simuladas o cuchillos. En una ocasión utilizó un spray para evitar ser arrestado después de un robo a un banco en 2012. Tiene condenas por lesiones y atentados a la autoridad en su expediente.

En los 26 años, 33 meses y 200 días que suman todas sus condenashabía permisos, pero también largos períodos de reclusión -hasta siete años seguidos- por incumplir una condena (no volvió a prisión después de unos días de permiso).

Ahora bien, si en el proceso de ejecución de la sentencia se prueba que está en tratamiento para dejar las drogas Su sentencia podría ser suspendida. Ahora mismo quiere celebrar sus 60 años en libertad.

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