Luego de dos intensos días desde su detención el pasado martes, Roger Serafín González, acusado de violar y matar a Elisa Abruñedo en 2013, Esta mañana confesó el crimen ante los uniformados.justo antes de su traslado a los juzgados de Ferrol. Las pruebas en su contra son poderosas. El ADN que dejó en el cuerpo de la víctima, a quien supuestamente apuñaló agredirla sexualmente a unos metros de la entrada de su casa, permitió a los agentes echar las redes hasta alcanzarlo, una década después. Su coche también fue reconocido por un vecino de la zona esa misma tarde, lo que completa la acusación contra este vecino de Narón. entusiasta de la caza que conocía perfectamente la zona en la que actuaba y que incluso trasladó el cuerpo de Elisa a una zona de montaña y zarzas para que les resultara difícil encontrarlo. El defensor público que llevó el caso. Esta mañana, al conocer su confesión, renunció a su defensa..
Desde el crimen, los imputados han seguido realizando cacerías, algunas de ellas en el mismo municipio donde asesinaron a Elisa, sin que nadie sospeche nada de lo sucedido. Además, muy activo en sus redes sociales, Roger Serafín siguió publicando imágenes de sus capturas y sus paseos por el campo, siempre rodeado de animales. A solo seis días del crimen de Elisa subió dos imágenes de un jabalí a quien había matado. Ningún rastro de remordimiento. La noticia de su detención el pasado martes desató un gran revuelo en el barrio de As Gándaras donde vivía. Sus conocidos lo recibieron cuando llegó al registro de su domicilio. gritando “asesino” al conocer los cargos por los que fue detenido.
Además del crimen de esta mujer, Roger Serafín ahora también es investigado por otros delitos cometidos en la zona por un hombre que, señalaron las víctimas, Era grande y pelirrojo.. Durante la entrada en su casa, los agentes de la Guardia Civil de La Coruña localizaron en su domicilio escopetas y otro material que le fueron confiscados para su estudio, sabiendo que En el crimen se utilizó un típico cuchillo de cazador. quien también habría delatado al investigado.
Una de las imágenes que el acusado subía habitualmente a sus redes sociales
La familia de Elisa nunca tiró la toalla a pesar de los obstáculos para encontrar al verdugo de su madre. una mujer de 46 años que trabajaba como gerocultora y que la tarde de su muerte había salido a pasear por el pueblo, como era costumbre en él. La mala fortuna hizo que ese día la mayoría de los vecinos estuvieran en la iglesia en el funeral de otro vecino de la zona, por lo que No había nadie en las carreteras que se cruzara con el sospechoso.. Sólo una persona, que fue posteriormente quien localizó el cuerpo de la mujer entre unas zarzas, y que recordó haber visto un vehículo verde con determinadas letras en la matrícula. Una década después, y con un enorme trabajo de seguimiento por parte de agentes de la Guardia Civil, todas las piezas encajan y Los hijos de Elisa por fin tienen respuestas. “Quiero justicia y que este tipo de tipos paguen por lo que hicieron”, reaccionó Adrián Abruñedo al conocer al asesino de su madre.
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