De ser un sin techo en la plaza de las Cortes a vivir de la fama lograda en Twitch


Lo que inspiró a Jony, mejor conocido en las redes sociales como @viviendoenlacalle, a dejar atrás la vida sin hogar fue presenciar la facilidad y sencillez con la que una persona que pasaba a unos metros de él hacía una transmisión en vivo. Contracción nerviosa, simplemente hablando por el móvil y con una mochila a la espalda. Desde la que entonces era su casa, la Plaza de las Cortes, decidió copiar a este desconocido y empezar a hacer streaming, intentando hacerse un hueco en el mundo de Internet y en apenas dos años consiguiendo las claves de lo que es hoy. su hogar y su nueva vida.

Con un café en una mano y en la otra la cuerda con la que pasea a Duna, la perra que le hace compañía desde pequeño, el creador de contenidos malagueño se cita ante la estatua del Oso y el Madroño con este diario , pero que se considera madrileño. Tiene casi un millón de seguidores en Tik Tok, 400.000 en Twitch y más de 150.000 en Instagram. Es una estrella en internet, pero no pretende ser famoso a pesar de las decenas de personas que le paran en la Puerta del Sol mientras se desarrolla esta entrevista. “Soy famoso, famoso es cuando no puedes caminar por la calle”, dice.

“Pasear por aquí me trae muchos recuerdos”, dice Jony. Fue la llegada de un burofax que le exigía el pago de un mes y medio de alquiler y el posterior cambio de cerradura lo que, con 34 años, le llevó a empezar a vagar por las calles del Barrio de las Letras. “Yo estaba metido en la droga en aquella época y empecé a pasar por Caixa Forum, pero una pelea me hizo buscar un lugar que no tenía que compartir con nadie”, explica el hombre que pasó toda su infancia en la plaza área. del Dos de Mayo, del que recuerda “lo que hacía mucha gente en los años ochenta: drogas, padres que consumían…”.

Antes que económico, salir del sinhogarismo implica un proceso mental. «Fue todo muy paulatino. Lo primero que hice fue dejar a un grupo de personas, de consumir drogas con la ayuda de la Cruz Roja, y empezar a pensar y analizar los momentos que me llevaron a esta situación”, admite Jony. La fuerza que fue construyendo con el paso del tiempo y la posibilidad de toparse con un ‘streamer’ anónimo se fusionaba a la perfección para iluminar un camino que le alejaría de la dureza de la calle.

Pandemia y Filomena

Desde el encuentro que tuvo en el Barrio de las Letras, decidió que la plaza ubicada frente al Congreso de los Diputados Sería el lugar para poner su cuarto de cartón y desde donde ha presenciado cambios de gobierno, investiduras, manifestaciones y mociones de censura, aunque admite que la falta de tiempo le impide seguir la política. “Me imagino que algún día tendré que ir a votar”, se ríe.

En 2021, Jony consiguió las primeras llaves de una casa desde que lo desalojaron hace casi siete años, un periodo en el que la ciudad ha atravesado una pandemia y una tormenta que cubrió de nieve todas sus calles. Tanto durante la crisis del Covid-19 como los días en los que Filomena Paralizado Madrid, el streamer encontró una inmensa ayuda en el Hotel Villa Real. “La policía quería llevarme a Ifema, pero sin el perro no iba a ninguna parte”, explica a torrevieja news today. La buena relación que tenía tanto con los agentes de seguridad como con los trabajadores de este hotel de cinco estrellas de la Plaza de las Cortes le permitió quedarse con Duna en su garaje, saliendo el tiempo justo para ir al baño y comprar.

A pesar de estos complicados acontecimientos que tuvo que afrontar como cualquier ciudadano, todavía recuerda los primeros años como los peores. “Lo más difícil es cuando todavía no sabes buscar la vida, la lluvia y el frío”, admite. Sin embargo, con el tiempo y aprendiendo los trucos de lo que hacen otros que también vivían en la calle, se fue acostumbrando.

De vivir en la calle no sólo ha aprendido a no juzgar por las apariencias porque “desde el que parece cabrón hasta el más pijo te recoge y te da una bolsa de la compra”, sino que también ha sido espectador de todo. . lo bueno y lo malo de la ciudad, desde la delincuencia hasta el funcionamiento de las ordenanzas de movilidad del Ayuntamiento de Madrid.

Oficina en la acera

El funcionamiento de las plataformas de streaming no era algo totalmente desconocido para él, ya que “ya consumía Twitch con un smartphone y el wifi que conseguía en el hotel”. Con solo su celular y los conocimientos más básicos que tenía instaló una oficina en la acera. A partir de ese momento se trató de jugar con el algoritmo, valorar qué contenidos llamaban más la atención (“anécdotas de cuando era joven, comentar un debate, cocinar una tortilla en un camping de gas…”) y seguir Tenga en cuenta que cada suscriptor era parte del cambio que estaba por venir.

Un cambio que se produjo cuando lo que lograba generar con sus videos en internet le permitió pagar una casa. “Cuando la chica que me estaba dando las llaves se fue, me puse a llorar como un enano”, dice mirando hacia atrás. Cuida con mucho mimo el contenido que hace ahora porque a pesar de la influencia que tiene, Jony es consciente de la volatilidad del ‘me gusta’ y de que es posible que mañana a la gente le deje de gustar.

Desde su ahora nueva oficina, la VTC en la que ha invertido y desde donde crea contenidos mientras transporta a sus clientes de un lugar a otro, recorre las calles que alguna vez fueron su dormitorio y agradece que le regalen lo que tiene. . Lo habría dado en el momento adecuado, ahora que “sabe cuidarlo”.

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