Este lunes, la Policía Nacional ha detenido en una operación contra el terrorismo yihadista a Mustafa Maya Amaya, conocido como ‘talibán’, que ha sido condenado a ocho años de prisión por la Audiencia Nacional por pertenecer a una organización terrorista como líder y promotor en 2018. , un año después de juzgarlo.
En ese juicio, Maya Amaya, nacida en Bruselas hace 59 años y de ascendencia gitana, reconoció haber adoctrinado a jóvenes, que incluso fueron alojados en su casa, y que luego viajaron a Libia y otras zonas en conflicto para llevar a cabo la yihad.
La investigación practicada en el Juzgado Central de Instrucción 2 contra él concluyó, y así lo confirmó la sentencia, que había constituido “una de las mayores redes de reclutamiento y envío de radicales a afiliarse a organizaciones” y que contaba con un campo de entrenamiento. en la ciudad de Melilla para enviar combatientes a zonas de conflicto.
‘El Hijri antes del Hijri’
El detenido en el operativo de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional quedó en libertad porque ya había cumplido su condena.
En la citada sentencia se afirmaba que Maya Amaya desarrolló una estrategia que él mismo denominó ‘la hégira antes de la hégira’, en alusión a la huida de Mahoma de La Meca a Medina mediante la cual “se centró en la ciudad española de Melilla, donde residió, la actividad de formación y formación de nuevos candidatos”, tras lo cual algunos de los jóvenes que formó se establecieron en Libia.
Entre los perfiles de hasta 28 jóvenes a los que adoctrinó online, desde su silla de ruedas, se encontraba entre otros un español que tenía 20 años cuando en 2013 viajó a Turquía y se unió al Estado Islámico a través de Maya Amaya, a través de quien las fuerzas policiales consideran la mayor reclutador de yihadistas europeos.
En el juicio, celebrado en diciembre de 2018, el entonces acusado reconoció los hechos por los que se le acusaba y se definió como un “faro para muchos jóvenes” que querían viajar a Turquía y Siria para luego cometer la yihad. Por este reconocimiento obtuvo una simple confesión atenuante. De esta forma, fue condenado a ocho años de prisión en lugar de los 14 que pedía la Fiscalía para él.