100 das del Gobierno de Carlos Mazn con Vox que no desgasta al PP


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El presidente engrasa sus relaciones con sus socios e impide que sus diferencias en temas clave, como la violencia de género, se reflejen en la acción gubernamental. La oposición, con el liderazgo de Puig poco presente, muestra un perfil bajo

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Mazón brinda con los ministros de Comercio de la UE durante su visita a Valencia la semana pasada.EFE

19 de julio de 2023 Carlos Mazón anunció la composición de su Gobierno al frente de la Generalitat Valenciana que formaría el PÁGINAS y voz. Habían cerrado un mes antes un pacto que, tras el de Castilla y León un año antes, abría las puertas del poder autonómico al partido de Santiago Abascal. El líder del PP valenciano fue el primero en atreverse a hacerlo, en plena campaña electoral de las generales del 23-J y bajo los augurios de problemas que entorpecerían la actuación del Gobierno y, con ella, la imagen de la gente popular. Las posiciones distantes sobre cuestiones clave como violencia de género -que Vox col en el acuerdo como ‘Violencia doméstica‘- o el cambio climático fueron vistos como motivo de fricción y llevaron a la formación de gobiernos como el de Extremadura. 100 días después, el Gobierno de Mazán no ha tenido desgaste interno y, además, se ha topado con una oposición con un liderazgo de bajo perfil, a falta de Ximo Puig y sin efecto baldov.

El “Gobierno del cambio”, como lo llama el presidente, verá aprobada este jueves en el pleno de las Cortes una de las primeras medidas a las que se comprometió: eliminar, con una bonificación del 99%, el Impuesto sobre sucesiones y donaciones con vigencia a partir del pasado 28 de mayo, pero también retoques finales a la política fiscal que se presentarán en la Ley de Acompañamiento Presupuestario, como la introducción de “deducciones sociales” para bajos ingresos. No ha habido desacuerdo en aplicar recortes en altos cargos de la Administración ni en impulsar cambios en el política lingüística en el ámbito educativo, donde se eliminará la obligación de cursar cualquier materia en valenciano en las zonas de habla hispana. En estos temas, así como en otros esenciales como la demanda de agua o la defensa de las “señas de identidad” valencianas, no hay roces entre ambos socios.

“Somos un solo gobierno”. Ésa es la premisa que el Consell no deja de repetir. Vox tiene una vicepresidencia, el consejero de Cultura, Justicia e Interior y Agricultura, pero las zonas sensibles las reservó Mazón para el PP en virtud de la proporción que arrojaban las encuestas el 28 de mayo. La principal es la violencia de género. Si el presidente hizo entender a su socio que no convenía tener en su Gobierno a alguien condenado por violencia de género, el candidato de Vox Carlos Flores JuberasTambién dejó claro que la acción del gobierno en este asunto estaría bajo el control del vicepresidente segundo, Susana Camareroreconocido defensor de las políticas contra la violencia machista, y de la figura de un “notario“cuya función es “impulsar y coordinar” todas las políticas públicas de prevención y atención a las víctimas.

En los 100 días de convivencia entre PP y Vox han surgido obstáculos, pero los populares, con su presidente al frente, han sabido limarlos. La principal la desactivó Mazán sin dejar que estallara: citó de urgencia al Consell y destituyó repentinamente al subsecretario de Justicia e Interior apenas unas horas después de conocer que no había denunciado una condena previa por agredir a su exmujer. Tampoco dudó en reafirmar que Justicia mantendrá las tres Oficinas de Denuncias y Atención a Víctimas de Violencia de Género después de que la consejera de Vox dudara. Incluso en el cambio de pancarta en las Cortes para condenar los asesinatos, el PP obligó a sus socios a pactar el “No a la violencia contra las mujeres”.

Sin Puig cara a cara

Otra diferencia que se predijo y que aún no ha surgido es su posición sobre el tema. cambio climático. En su diseño de gobierno, el PP también reservó las políticas medioambientales, separándolas de la agricultura, lo que garantiza su control.

En estos 100 días, PP y Vox se han encontrado en una oposición de perfil bajo. Por un lado, Ximo Puig No ha aparecido en las Cortes como la figura que opone a Mazán. El expresidente compagina su labor como diputado autonómico y secretario general del PSPV con la de senador territorial, pero la portavoz en las Cortes se lo ha entregado al exconcejal. Rebeca Torr y ha optado por una fórmula de oposición, “un Consejo en la sombra” que aún se está filmando.

Del lado de los compromisos, Joan Baldov Todavía no ha conseguido superar el lastre del cambio de liderazgo del año pasado, que pasó de Mónica Oltra a Aitana Mas en el Consell y de Fran Ferri a Papi Robles en las Cortes.

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