La historia de superación de Manuel Alba, un policía jubilado de Sevilla que ha recorrido 2.800 kilómetros a pie


La edad es sólo una excusa. Así lo ha demostrado quien fue inspector de la Policía Local de Sevilla, Manuel Alba. Partió con lo justo y necesario el 7 de julio desde Cabo Creus, en Girona, para hacer la Transpirenaica. Atravesó el mayor sistema montañoso del país, con pasos que alcanzan los 2.500 metros de altitud, para continuar por el Camino del Norte, Finisterre, el Camino de Sanabrés hasta el La catedral de Santiago. Y concluyó recorriendo la Vía de Plata para llegar a Sevilla el 22 de octubre, donde le esperaban vitoreando un centenar de sus compañeros.

108 días después de iniciar la aventura, Manuel, de 61 años, la puso fin. En un vídeo publicado en la red social ‘X’ se muestra su llegada. A paso ligero, caminando sobre los adoquines del centro de Sevilla, luce una espesa barba y una larga melena. No parece agotado. Luego de realizar el saludo militar a un colega uniformado, ambos se abrazan en un abrazo. La emoción se ha apoderado de él y tiene que frotarse los ojos varias veces: Él no lo cree, ha llegado y le han preparado una sorpresa.

así fue la recepción

Con paso firme y decidido, Manuel dobla la calle y entra en la Avenida Constitución. Dos hileras humanas marcan el camino de llegada, el corredor triunfal. El ex agente lo atraviesa a trompicones, deteniéndose cada vez que un colega se cruza en su camino para abrazarlo. Manuel ya no puede ahogar una lágrima más y brotan con vida propia. Los aplausos continúan, y en ellos participan incluso turistas y transeúntes desconocidos. Sin soltar la mochila y ataviado con un traje de butanero naranja, el ex placa número S-71 ha luchado contra una enfermedad hasta el día de su jubilación.

Él, que siempre ha sido un amante del senderismo y la naturaleza, ha emprendido sTu propio viaje con una experiencia vital con la que has cargado tu mente y tu mochila. Trae consigo más conocimientos y ha conocido a caminantes de numerosas nacionalidades. Sus compañeros destacan su labor humanitaria implicándose en la organización de donaciones de sangre y su colaboración con el Centro de Donantes de Sevilla.

Frente a la catedral de Sevilla, Manuel se inclina sobre una inscripción. Algo se dice en lo más profundo de su ser, algo que sólo él sabe. Cumplida su promesa, se pone de pie para agradecer el gesto de su pueblo. Ha hecho realidad su lema: “Los sueños se pueden alcanzar, si quieres, puedes”.

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