Ayer fue condenado a seis meses de multa, a razón de cinco euros diarios, y a 600 euros de indemnización a la persona que sufrió una lesión en la cabeza. Este último, Juan Francisco Fiscal, también fue acusado de morder a Carlos en el codo, pero el fiscal retiró la acusación por lesiones leves.
Si Pérez es declarado insolvente deberá realizar trabajos en beneficio de la comunidad, como le recordó ayer el juez en el juicio.
El ataque en el pub se produjo a las siete de la tarde del 17 de febrero de 2019. Siete meses después, el imputado se vio implicado en la muerte de un motociclista de 37 años en la N-525, pasada la rotonda de O Couto. Golpeó a la víctima cuando circulaba a 125 kilómetros por hora, en una zona limitada a 60, y no se detuvo porque conducía con el permiso retirado. Fue condenado por homicidio y no por imprudencia grave -que es habitual en los accidentes de tráfico- porque no sólo no frenó tras chocar con la moto, sino que arrastró a su conductor y lo atropelló con el coche.
A partir del delito de lesiones por el que fue condenado ayer, Pérez estuvo involucrado en varias infracciones de forma escalonada. Sumó uno más al fatal accidente de 2020 cuando atropelló a un pizzero. Había bebido bastante alcohol. Posteriormente, en marzo de 2022, también faltó a un control policial porque conducía sin permiso.
En su historial delictivo, que comenzó cuando era muy joven, también hay violencia de género, hurto o violación de una medida cautelar. Hasta la condena por atropellar al automovilista, el caso más punible para él fue en 2007, siete años de prisión por tráfico de drogas y encubrimiento del asesinato de un narco en el barrio de Vistahermosa.