“Aterrizó directamente sobre mí y quedó atrapado en mi correa. Probablemente me arrastró unos 7 u 8 metros bajo el agua, para ser honesto”, recuerda Jason Breen al medio australiano 9News.
Breen confiesa que pensó que iba a morir cuando la ballena lo arrastró al fondo del mar.
“Pensé que todo había terminado, entonces sentí que se me rompía la correa y pensé: ‘Gracias a Dios’, y subí a la superficie”, explica Jason Breen.
Toda la secuencia fue grabada por la cámara Go Pro que portaba Breen y otra persona que filmaba desde la orilla también registró el brutal impacto desde otra perspectiva. Breen cree que el tamaño de la ballena, una cría grande y el hecho de que no tenía ningún crustáceo adherido a su espalda fue lo que le salvó la vida.
“Era una cría grande. Si hubiera tenido percebes, me habría destrozado porque el cuerpo de la ballena estuvo a mi lado todo el tiempo”, dice Breen.