“Indecente e inaceptable”. Así de rotundo ha sido este jueves Marta Buesa, hija del líder socialista asesinado por ETA en 2000, Fernando Buesa, al ser preguntada por la actitud de EH Bildu ante los ataques que ha sufrido la memoria de su padre. Ha criticado que los de Otegi no condenaron ni el ataque a la tumba de su padre ni las pintadas que aparecieron en el monolito en su memoria.
“Fueron un ataque directo a nuestro corazón”, afirmó en la inauguración del seminario sobre “mitos” del terrorismo de ETA que se celebra en Vitoria. Y tan dolorosa como el ataque en sí fue la posterior falta de empatía por parte de la izquierda abertzale. Incluso ha descrito “perforación” Comprobar que el texto de condena del Ayuntamiento de Vitoria no logró el respaldo de EH Bildu, pese a que el grupo sí expresó su “rechazo” a los hechos.
Fue, precisamente, La oposición de los independentistas a la palabra “condena” lo que impidió que el texto fuera aprobado con normalidad. “Fue tremendamente decepcionante saber que EH Bildu no quiso sumarse a esa afirmación”, insistió en la jornada organizada por la Fundación Fernando Buesa.
doble estándar
La hija del líder socialista víctima de ETA también ha criticado la doble moral de la formación dependiendo de la naturaleza de la sentencia. “Ante un atentado machista no tiene problema en expresar textualmente su más enérgica condena y rechazo”, insistió, mientras que se muestra “incapaz” de expresarse en esos términos cuando se trata de un atentado a una víctima de ETA. .
Por todo ello, Marta Buesa ha reprochado al grupo liderado por Arnaldo Otegi su “asimetría moral indecente”. “No basta con rechazar el ataque que sufrimos o decir que es inaceptable, si eso no va acompañado de un reproche ético”, concluyó.
Pese a ello, a raíz del mensaje que ya publicó en las redes sociales, ha invitado “construir convivencia” frente a una parte de la sociedad que sigue “atada a los mitos con los que mataron”. Esta convivencia debe girar en torno a “la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”, que constituyen los “valores del Estado de derecho”. Y eso sólo se conseguirá, ha asegurado, con un cambio en el discurso de la izquierda nacionalista. “Mientras los dirigentes de ese sector no sean capaces de sentir y expresar públicamente ese reproche ético y moral sobre la justificación del recurso a la violencia, no podremos empezar a sentar las bases sólidas para una convivencia sana, en paz y libertad”, concluyó. él.