La una y media de la madrugada. En el vestíbulo del Estación de Sants (Barcelona) Se escuchan disparos. La reacción son gritos y carreras. Hay una situación de rehenes. Varios terroristas han herido a algunos de ellos. Armas largas, armas cortas, cuchillos, tal vez explosivos. Así empezó El mayor simulacro de ataque hasta la fecha en Cataluña, en el que han participado unas 500 personas. La mitad de ellos eran extras, el resto policías y personal de emergencia, con un único objetivo: recrear un escenario lo más real posible para poner a prueba su respuesta operativa. Ha sido tan real que una de las ‘heridas’ ha sufrido un ataque de ansiedad. De verdad, sí. O eso han afirmado los sanitarios que la atendieron.
El despliegue comenzó casi una hora antes. Cuando los últimos viajeros ya habían abandonado la infraestructura ferroviaria, un pastor belga malinois inspeccionó los contenedores de basura en una de las entradas. El nerviosismo se podía palpar en el ambiente. Sólo los extras, estudiantes o técnicos sanitarios, sabían lo que iba a pasar. Ni el Mossos d’Esquadra, ni ningún otro miembro de los equipos de emergencia. Deben estar preparados para actuar. Una vez perimetral la estación, se activó el dispositivo de jaula para evitar que los atacantes pudieran escapar de Barcelona.
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Uno de los perros de los Mossos, durante el simulacro, inspecciona una mochila para detectar la presencia de explosivos
En el vestíbulo, muertos y heridos, todos ellos caracterizados por maquilladores. Las intervenciones se han ido sucediendo. Además de los caninos, también participaron los tedax, antidisturbios y el Grupo de Intervención Especial (GEI), la élite de la Policía Catalana. En cuestión de segundos, sirenas de ambulancia. Él Sistema de Emergencia Médica (SEM) ha desplegado sus efectivos para atender a los heridos que, poco a poco, la policía fue evacuando. También la élite de trabajadores sanitarios, conocidos como ‘orca’ -que es su indicativo-, aquellos que actúan en situaciones de peligro extremo.
«Herida de bala, orificio de entrada en el pecho.“, gritó uno de ellos tras evacuar a un hombre que ‘muerte desangrado’, ayudado por cuatro agentes. Es el momento del triaje, de la clasificación de los heridos según el tipo y gravedad de su enfermedad o lesión, para establecer la Orden y lugar en que deben ser atendidos, dando prioridad a los más graves.
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Uno de los ‘heridos’ durante el simulacro de atentado en la estación de Sants
En el exterior, también un stand de la Cruz Roja para atender a todos aquellos ‘viajeros’ que habían perdido a sus compañeros, un zapato, que no tenían batería en el móvil o que necesitaban atención psicológica. A pocos metros, en la misma plaza Països Catalans, el centro de mando avanzado; desde donde los responsables de cada equipo coordinaban la acción antiterrorista y la seguían en tiempo real, mientras agentes de la Guardia Urbana Cortaron el tráfico.
El simulacro, organizado por Protección Civil, junto con los Mossos y Adif, finalizó pasadas las tres de la madrugada.