“No hemos dimitido ni dimitiremos jamás”, insiste el líder de Junts seis años después de que el Parlament proclamara la secesión
El Parlament proclamó la independencia de Cataluña a partir de los resultados del referéndum del 1 de octubre y no hemos dimitido ni dimitiremos jamás, ha afirmado el prófugo de la Justicia.
Entonces llegó el final. Lo mantenemos vivo para cuando el conjunto del independentismo sepa cohesionarse en una única estrategia, ha advertido Puigdemont, dejando claro que su objetivo es conseguir la independencia por cualquier medio, es decir, tanto mediante la celebración de un referéndum pactado con el Gobierno, así como mediante otra acción unilateral como la que tuvo lugar con el 1-O.
Puigdemont abraza así una posición maximalista sólo superada por la propuesta de la ANC, que defiende aplicar la declaración unilateral de independencia inmediatamente después de que se haya aprobado la amnistía y el Gobierno haya asumido por ley que el 1-O o las acciones derivadas de él constituyeron un delito.
Aunque ERC prefiere pactar un voto secesionista con el eventual Ejecutivo de Sánchez, también evita descartar por completo la vía unilateral, por convicción y para no perder de vista las demandas cada vez más ambiciosas de Junts. Sin ir más lejos, ayer los republicanos trasladaron al ministro de la Presidencia, Flix Bolaos, la necesidad de que en el preámbulo de la ley de amnistía se establezca explícitamente que el 1-O no fue un delito. Es después de la despenalización del referéndum que el Tribunal Supremo declaró ilegal que Puigdemont considera viable resucitar la declaración unilateral de independencia ya que el Estado ha asumido que nada de lo ocurrido en el otoño de 2017 es perseguible judicialmente.