La figura de Bellingham, máximo goleador del campeonato doméstico, acabó dinamitando el encuentro. Le bastaron dos destellos, un manotazo en el minuto 68 y una acción canalla en el tiempo añadido, para darle la victoria a su equipo. El Madrid, por cierto, mantiene el liderato en LaLiga.
Los de Ancelotti fueron mejores en el segundo partido y dieron la vuelta al partido, un duelo que estuvo equilibrado, pero que se desequilibró con dos acciones decisivas de su nueva megaestrella.
La siesta del Madrid en la primera parte
La juventud del Barça frente a la experiencia del Real Madrid: los blaugranas que no recuperaron a ninguno de los cinco lesionados y tuvieron cinco debutantes en un Clásico Joao Cancelo, Iñigo en la alineación.
La presencia de Mendy por la izquierda fue la única novedad para los merengues. Y la sorpresa táctica culé fue la alineación de tres centrales y la posición de Joao Cancelo, hoy como lateral por derecha; Todo para que Araujo volviera a secar a Vinicius como lateral. Gavi dirigió a los culé, escoltado por Fermín y Gündogan en el centro del campo.
El Madrid saltó al campo tomándose un descanso y el Barcelona tardó apenas 6 minutos en marcar. Una duda de Tchouaméni, un mal despeje de Alaba… y ahí estaba Gündogan. El alemán atrapó el balón y batió a Kepa con un disparo cruzado. El 1-0 llegó con el primer disparo a portería.
Los de Ancelotti buscaban a Vinicius, confían en Bellingham, pero tuvieron muchos problemas para conectar a sus jugadores en la primera parte. El Barcelona hizo lo suyo, no desesperó, no forzó situaciones y tuvo mucha paciencia.
En una recuperación de Gavi al borde del área, en el minuto 16, Fermín se recuperó y estrelló el balón en el palo izquierdo de la portería blanca. El Madrid, por su parte, no cazó ni un solo rebote y su primer disparo fue un disparo muy lejano de Rüdiger que no encontró portería.
El Barça se encontraba cómodo defendiéndose con líneas muy cerradas ante un equipo capitalino denso. Además, los de Xavi tenían la iniciativa en ataque. El guión del partido, al final del primer capítulo, lo escribió el equipo de Xavi ante un rival que ni siquiera había disparado a portería.
El guión cambió en la segunda parte
El Real Madrid salió tras el descanso con la idea de tener más balón y ser más vertical, pero se encontró con una gran ocasión del Barcelona, por mediación de Iñigo Martínez, que remató al palo. Araujo pilló el rechace y Kepa evitó el segundo con una parada excepcional.
Ancelotti dio entrada a Camavinga por Mendy… y Cancelo se sentía cada vez más libre en su carril. Suyas fueron las acciones más peligrosas a partir de entonces del Barça. En la siguiente jugada, Xavi sustituyó a Ferran y dio paso a Lewandowski. Modric y Joselu entraron por Kroos y Rodrygo a media hora del final.
Con los cambios, poco a poco el Real Madrid le quitó el balón a los blaugranas y se acercó cada vez más a Ter Stegen. Finalmente sería Jude Bellingham quien empataría el partido con un potente disparo desde fuera del área en el minuto 68.
El guión del duelo cambió drásticamente en ese momento: el Real Madrid recuperó la confianza y el control ante un Barcelona que buscó piernas frescas con Lamine Yamal y Raphinha en el último cuarto de hora.
El Madrid, con Vinicius y Joselu al mando de las contras, insistió hasta encontrar el oro en el tiempo añadido: volvió a aparecer Bellingham, que cazó un rebote y dio la victoria a los visitantes.