Una gala amena con píldoras de humor y buena música pone el broche a la Seminci


Una gala amena, más corta que ediciones anteriores y con mucho humor y buena música – Joaquín Reyes se encargó de la primera, con imitación del crítico Carlos Boyero, y de la segunda, Santiago Auserón, cantando al inicio de la gala a ‘The Misfits’ en un homenaje a la película ‘The Misfits’, (‘Vive Rebelde’) con Marilyn Monroe- puso ayer el broche a la Semana Internacional de Cine de Valladolid en su 68 edición, la primera para José Luis Cienfuegos, que Prometió cambios y los hubo. “Quizás debería haber sido más tibio y conservador, pero los creadores, nuestra propia exigencia de hacer el mejor trabajo y el contexto de los festivales de cine exigían una edición intensa y potente como la que acabamos de celebrar”. señaló el director en la mañana minutos antes de iniciar la lectura de premios.

Un acto en el que dominó el cine femenino. Los realizadores hicieron un doblete en los premios principales. La Espiga de Oro recayó en ‘La imagen permanente’, de la catalana Laura Ferrés, presente en un abarrotado Salón de los Espejos del Teatro Calderón, que recibió el fallo del jurado internacional con opiniones diferentes. Hubo aplausos, pero también pitos y algunas patadas. Su ópera prima gana la segunda Espiga de Oro al cine español en toda la historia del festival, la primera concedida a una mujer.

Ya por la tarde, sobre el escenario, Ferrés recibió el reconocimiento de manos del cineasta indio Pan Nalin, miembro del jurado internacional, quien destacó la necesidad de contar con “nuevos directores jóvenes que sean valientes y estén dispuestos a expresar su historia”. ” La directora, que recogió la Spike junto a su padre, que tiene un curioso papel en la película, señaló que esta película es “el proyecto más desafiante” al que se ha enfrentado jamás. por lo que agradeció al jurado la “atrevimiento”.

La Espiga de Plata fue para ‘La quimera’, de Alice Rohrwacher, que en 2020 ya fue premiada en la Seminci con el premio al mejor cortometraje extranjero de Punto de Encuentro. En nombre del director. La actriz Yile Yara Vianello agradeció al público y al festival “la gran acogida” que ha tenido la película y destacó el compromiso del festival de “nutrir un cine que considero necesario y gratuito”.

Los reconocimientos por las tareas de gestión también tuvieron nombre de mujer. La alemana Angela Schanelec se llevó el premio a la mejor dirección con ‘Music’, la decisión más protestada durante la lectura de los premios, entre fuertes abucheos. El premio Pilar Miró a la mejor dirección novel fue para la británica Molly Manning Walker por ‘How to Have Sex’, su ópera prima, película también galardonada con el Premio de la Juventud.

En cuanto a los premios de interpretación, la ‘chica Bond’ Léa Seydoux fue considerada la mejor actriz por el ‘tour de force’ que realiza en ‘La Bestia’, de Bertrand Bonello. El premio al mejor actor, por su parte, recayó en el británico Dave Turner, un bombero retirado en la vida real, que regentaba su propio pub, tal y como hace su personaje en ‘The Old Oak’. La película de Ken Loach recibió el Premio del Público, uno de los más aplaudidos en la lectura de los premios, donde ya no estuvo presente el director -estuvo el viernes en la presentación de la película-, pero sí su fiel colaborador, el guionista Paul Laverty. Este último también fue otro de los protagonistas de la gala. “¡Qué honor! ¡Qué privilegio! Querido público de Valladolid”, señaló al inicio de su intervención, en un encendido ‘grito’ contra los bombardeos de Gaza.

Otra actriz británica, Charlotte Rampling, protagonista de ‘Juniper’, la película de clausura, plasmó uno de los momentos más emotivos de la gala al admitir sentirse “orgullosa” de la Espiga de Honor que le entregó Julio Medem. “España siempre ha estado muy cerca de mi corazón”, afirmó, recordando que hace mucho tiempo, cuando tenía 16 años, un joven español le rompió el corazón cuando vino a nuestro país a aprender el idioma: “Pensamos en casarme, pero nunca la invité a su casa. No sé por qué. En aquella época, las jóvenes inglesas eran consideradas peligrosas por el amor libre en el Reino Unido”, recordó a modo de anécdota. Y así como empezó, terminó la gala. Con música de Santiago Auserón, que interpretó ‘Semilla negra’ e invitó al público a la entrega de premios Goya el próximo mes de febrero.

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