¿Qué se juegan las diferentes potencias en el conflicto de Oriente Medio?



EE.UU su papel global se juega en la guerra entre Israel y Hamás, y coincide con Joe Biden cuando dice que estamos en un punto de inflexión. La principal potencia occidental se enfrenta al caos extendido por Irán en Oriente Medio y Rusia en Ucrania, un caos que pone en peligro la idea de un orden global.

A Irán Se presume que movió los hilos del ataque de Hamás. Le beneficia distanciar a Israel de países del mundo árabe que en los últimos tiempos se habían acercado al país judío, especialmente Arabia Saudita.

Según Ahmed Aboudouh, investigador asociado del programa de Oriente Medio y Magreb de Chatham House, “Porcelana No aspira a reemplazar a Estados Unidos en Medio Oriente, pero sin duda acogería con agrado que Washington se vea envuelto en un conflicto en la región. Cuanta más atención tenga que dedicar Washington a los escenarios no asiáticos, más tiempo ganará China para consolidar su dominio en el Indo-Pacífico”.

“A Rusia La apertura de un frente en Oriente Medio le conviene a corto plazo. Distrae a Estados Unidos y ejerce más presión sobre la ayuda y los suministros a Ucrania, en caso de que la guerra contra Hamás se prolongue”, afirma Nicolás de Pedro, investigador principal del Institute for Statecraft de Londres. Es difícil mantener lo mismo en el tiempo. .nivel de apoyo, especialmente económico, tanto a Israel como a Ucrania.

Gusto parece querer desempeñar el papel de mediador necesario. Hamás tiene su base en Doha, su líder Ismail Haniyeh reside allí, con la aquiescencia de Estados Unidos e incluso de Israel. El emirato qatarí no reconoce a Israel, pero gracias a su buena relación con Washington puede tender puentes. Israel tiene una oficina comercial en la capital qatarí. Sus autoridades reciben a Blinken con la misma naturalidad que reciben al ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hussein Amir Abdollahian.

El unión Europea había ganado peso geopolítico con su papel en la guerra rusa contra Ucrania, donde con salvedades ha mostrado unidad. Incluso se había reactivado el debate sobre la necesidad de una defensa europea y de una industria armamentista europea. Pero el estallido en Oriente Medio ha dañado la imagen de la Unión debido a las reacciones dispares de varios de sus líderes.

El comisario de Ampliación, el húngaro Oliver Varhelvyi, dijo inicialmente que se cancelaba la ayuda a los palestinos, cuando ni era su responsabilidad ni era cierto. Poco después, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, viajó a Tel Aviv junto al presidente del Parlamento, Robert Metsola, para mostrar su apoyo incondicional a Israel. No era su papel ni reflejaba la posición de la UE.

Más neutral se ha mostrado el jefe de la Diplomacia europea, Josep Borrell, que en un discurso en el Parlamento Europeo mostró su pesar por las víctimas israelíes y palestinas. En general, entre los países de la Unión hay aquellos que son muy proisraelíes, como Alemania, y otros donde tanto el gobierno como la opinión pública son más neutrales o más cercanos a la causa palestina. Y en España, por ejemplo, hay varios ministros que se declaran pro palestinos.

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