En plena noche, monstruos de todo tipo merodean por las calles de Ourense. Samaín, un año más y sin solución de continuidad, vuelve a invadir la ciudad para vivir la noche más terrorífica del año.
Y la tradición de esta fiesta se hace patente en el nivel con el que Los ourenses disfrutan del disfraz, el maquillaje y algún que otro susto. Con el último rayo de sol, la celebración ya comenzaba a desarrollarse en la ciudad.
Meigas, vampiros y muertos se han unido para celebrar una fiesta con raíces tan profundas que llegan hasta lo más profundo de esta tierra. La ciudad, y todos los rincones de la provincia, demuestran que no le temen a una gran fiesta.