“No puedo describirlo. Es un sueño hecho realidad. La camiseta es muy famosa. Cuando te la pones, casi sientes que llevas un traje de superhéroe. Es un privilegio, un honor. Tienes que estar en cierto nivel para lucirlo semana tras semana”, recuerda Bellingham sobre la primera vez que se puso la camiseta del Real Madrid.
El talentoso jugador inglés deja una interesante reflexión sobre la tranquilidad que le da el hecho de que sean sus padres quienes gestionen su carrera y no un agente externo.
La relación con ellos es cercana y me da equilibrio. Es crucial que gestionen mi carrera. “Se preocupan por mi bienestar, saben que nuestros sueños están todos alineados, mientras que cuando se involucra a agentes existen sus propios incentivos y su deseo de ganar dinero”, destaca Bellingham.
El inglés cuenta que creció en “un lugar muy tranquilo” como Hagley y que sus padres trabajaron “muy duro” para que tanto él como su hermano Jobe pudieran “disfrutar de la vida”.
“Siempre he sido muy libre de hacer lo que quería”, detalla Bellingham, que recibió influencia a nivel “cultural” de su madre y “en el aspecto futbolístico” de su padre.
El futbolista inglés también da detalles sobre la primera vez que entró en el vestuario del Real Madrid.
“Estaba un poco estresado. Nunca me han sorprendido las estrellas. Pero cuando llegas aquí, con las cosas que han logrado, es difícil no pensar: ‘Guau, este es el pináculo del fútbol’. Las primeras semanas, cuando los iba conociendo, comía al lado de Toni (Kroos) y él me preguntaba: ‘¿Está comiendo oro?’ Y luego te das cuenta de que son chicos normales, que te ayudan a sentirte bien. Son muy humildes. Es una gran lección para mí. No importa el éxito que tengas, no importa lo que hayas ganado, aún puedes ser un gran ser humano como estos muchachos, que son inspiradores como jugadores y como hombres”, recuerda Bellingham.
Sobre su increíble irrupción en el Real Madrid, Jude admite que “en el campo me siento libre, a gusto cuando tengo el balón. Me pongo más tenso por cosas externas, como las entrevistas. Con el balón todo se hace con libertad y sin esfuerzo. No creo que sea arrogante, pero tengo confianza en mis capacidades, en mis compañeros, en el personal y en mi familia. Puedo hacer cosas buenas en el campo y, si tengo libertad, puedo expresarme mucho. Cuando juegas con dudas y preocupaciones es cuando empiezas a perder lo que te hace especial. Por eso trato de pensar en positivo”, explica Bellingham.
Además, Jude habla de que su mentalidad “es bastante diferente” a la de otros jóvenes de su edad, “probablemente debido a la exposición a situaciones de presión”.
“Cuando tenía 20 años, jugué partidos de clasificación para el Mundial o la Liga de Campeones, y siempre he sido alguien a quien los demás admiran y en quien confían. Toda esta experiencia me ha moldeado mentalmente. Un poco por mi edad y cosas así. A la gente le gusta señalar que “soy joven y a veces hay que tomárselo con calma”. Cuando tomas el fútbol día a día, con el planteamiento de ‘hoy voy a tener que ser mejor’, te centras más en los aspectos negativos para mejorar”, apunta el inglés.
“Luché con esto cuando era más joven. Estaba muy frustrado, quería que mi juego fuera perfecto. Ahora siempre quiero que sea perfecto, pero entiendo que no siempre es posible y que siempre hay que aprender con el jugar el balón, ver el partido, entrenar para mejorar. Eso no se logra enojándose, sino trabajando”, dice Bellingham.
Y entre sus debilidades sabe que debe “gestionar” sus emociones dentro del campo, además de hacer “pequeños ajustes” en su fútbol.
“La temporada pasada marqué bastantes goles (15), pero en ciertos momentos tuve la impresión de que no estaba en el lugar correcto en el momento correcto. Lo he cambiado y eso me pone en condiciones de ser más eficiente y “Con la ayuda de los entrenadores y viendo mis partidos podemos identificar estas pequeñas cosas, saber que no es perfecto y que aún queda mucho por hacer”, remarca.
El jugador madridista señala que los “héroes” de su infancia fueron jugadores como Seb Larsson, Craig Gardner y Lee Bowyer, campeones de la Copa de la Liga en 2011 con el Birmingham City, y aunque su padre fue su referente “más importante”, poco a poco fijó su mirada en Wayne Rooney. y Steven Gerrard como sus “modelos a seguir, simplemente porque jugaron para Inglaterra”. Luego, su padre compró “una camiseta falsa de Zinédine Zidane en la playa” que llevaba “a todas partes”.
“Un día pregunté: ‘Por cierto, ¿quién es este tipo?’ Y mi padre me dijo: ‘Ve a YouTube y echa un vistazo’. Desde entonces probablemente no he parado porque Zidane representaba al jugador que quería ser”, señala Jude Bellingham.
Finalmente, el futbolista inglés habla de sus objetivos en un periodo de cinco años.
“Espero ganar cinco Ligas de Campeones, una Eurocopa y tal vez un Mundial. Siempre soy lo más optimista posible. No veo el sentido de jugar pensando que vamos a perder. Hay que participar en todos los partidos”. competencias todos los años pensando que puedes ganarlas. Si no, “¿Cuál es el punto?”, pregunta Bellingham.