No somos capaces de reconocer lo que tenemos de valor



Rafael Salgado presentó el libro que escribió en su blog Ourense no Tempo en la El Foro de la Región que se llevó a cabo este jueves en el Centro Cultural Marcos Valcárcel. Salgado, también colaborador de este diario, fue presentado por Rosendo Fernández, vicepresidente de la Diputación Provincial, y estuvo acompañado también por el centenario Adolfo Rego.

Rafael Salgado inició su presentación agradeciendo a sus amigos la colaboración: “Lo único que he hecho es recoger los datos que vosotros me facilitáis”, así como fotografías entre las que no puede elegir la mejor. “Me gustan casi todos. Todos expresan algo, todos me dicen algo y todos aportan algo”, insistió Salgado. También recordó al historiador Marcos Valcárcel, quien lo animó a iniciarse en la divulgación histórica allá por 2008.

¿Qué te impulsó a empezar? una fotografía desde principios de siglo. La avenida de Pontevedra aparece repleta de vecinos de Ourense paseando o tomando un refrigerio en las terrazas. “La gente iba a los jardines de Bispo Cesáreo y allí hacía vida social. Esa fue la primera foto que usé en el blog”, explicó. Otra de las instantáneas que despertó su interés fue la de los hijos de José Pacheco, uno de los primeros fotógrafos de la ciudad. “Pacheco nos ha dejado la mejor colección de fotografías de la historia de Ourense”, aunque aclaró que muchas de ellas “tampoco son suyas, él era el propietario, pero no le gustaba salir del estudio”.

Varios temas

Rafael Salgado repasó los diversos temas que toca en su blog y que también trasladó a su libro. Dos edificios históricos ya desaparecidos lo marcaban. Uno de ellos, la Casa de Misa de Alba, que estaba situada en la Praza do Ferro y que desapareció en 1892. “Era uno de los edificios más antiguos de la ciudad y no se sabe cómo se conservó durante tantos años”, lamentó : “Llevaba albergando a personajes importantes de la ciudad desde el siglo XIII, hasta que, al final, cayó”.

Otro edificio imponente fue el Hotel de Roma, que estaba ubicado en la calle Progreso, donde ahora se ubican las galerías del mismo nombre. “En su cafetería hubo una tertulia muy prestigiosa. Cada grupo político tenía su sede específica. Los monárquicos por aquí, los republicanos por allá… Todo organizado. No pelearon”, dijo Salgado.

Además de los edificios desaparecidos, uno de los temas que suele tocar el escritor -aunque negó serlo- es el “mudanza”. “En esta ciudad somos tan chulos que hemos cambiado puentes, edificios enteros…”, enumeró antes de rescatar la historia de la fuente que ahora reposa en Bispo Cesáreo: “venía del monasterio de Oseira y se iba a la Praza Maior. “Lo adaptaron para que saliera vino, para las fiestas”.

AdemásHabló sobre los cambios de nombre de las calles de la ciudad., rescatando topónimos como Quebracús o Rapagatos. También la calle Alba, ahora Alejandro Outeiriño y Cardenal Quiroga: “Ha cambiado de nombre al menos ocho veces”. Y de los numerosos personajes cuyas vidas se derramaron en su blog, y que él reivindicó. “En algunas ocasiones alguien se ha atrevido a decirme que no merecía estar ahí”, afirmó molesto: “No somos capaces de reconocer lo que tenemos de valor”.

Salgado, que se autodenomina “historietario” y no “historiador, ni escritor, ni conferencista”, habló de la importancia de las fuentes de primera mano. “Muchas veces me preguntan de dónde saco los datos. Obviamente, no en la cabeza”. Reconoció el papel -entre otros- de Adolfo Rego, sentado a su lado: “Cuando escribo un artículo, sé que recibiré una llamada de Adolfo corrigiéndome o dándome nueva información”. Tampoco se olvidó de sus colaboradores, con una extensa lista de agradecimientos al final de la presentación.

Trabajo prolífico

El libro tiene varias secciones (calles, historia, sociedad, crónica negra, “imprescindibles” o deportes, entre otras) y consta de 85 artículos. Es posible—“No lo sé”, subrayó—que sigan otros volúmenes. “Faltan 900 por publicar”, destacó Salgado.

Por supuesto, en todo momento, Tuvo palabras para sus amigos y colaboradores. “Un día me dejas una foto, otro día me haces un comentario, otro día me cuentas un recuerdo de tu bisabuelo… Eso es lo que necesito. Con eso consigo hacer estos libros y estos artículos”, concluye el autor de Ourense no Tempo.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *