Si todo hubiera sido como la Moncloa planeaba, Este viernes se habría registrado en el Congreso la ley de amnistía, para celebrar el pleno de investidura la próxima semana. Pero nada parecido ocurrió el viernes. Por el contrario, Puigdemont decidió disfrutar del poder que le ha dado Pedro Sánchez, al concederle la llave de la investidura y la gobernancia de España. Y ahora, el fugitivo está en el centro del tablero, cuando hace apenas cuatro meses nadie le prestaba la más mínima atención.
Aun así, en Moncloa da por hecho que la investidura de Pedro Sánchez está asegurada, pese a los reparos de último momento de Puigdemont. Cada parte en la negociación quiere vender su propio triunfo. La pregunta es cuánto tiempo querrá Puigdemont hacer esperar a Sánchez. Porque todavía faltan más de tres semanas para que expire el plazo.