entre llantos
Una semana en la que los difuntos son los reyes de hoy es una semana muy ourensana. Donde hay menos muertos es en los cementerios, Dios vive. Los estertores se pueden oír en Viana do Bolo o Carballeda de Valdeorras, por su empresas moribundas, o para Covadonga y Vistahermosa, por sus ingresos con aterosclerosis. Quienes han hecho la transición ya no molestan, quizás reconfortan sus recuerdos y duele su ausencia, pero no estorban. Ourense tiene sitio de sobra para los vivos, dada la desertización del territorio, pero es una pena que no lo tengamos para los muertos. De los 908 cementerios de la provincia 407 están al 90% de su capacidad. La muerte es una industria en sí misma y en Ourense no estamos aquí para perder oportunidades de negocio. Que si las flores, que si el tanatorio y demás, etc. Es lógico que la feria Funergal se organice en Expourense, a nadie se le ocurriría montar un Nataliciogal. Qué sarcasmo: primero convertimos los colegios en velorios y ahora los desarrollos previstos por los ayuntamientos son torres de hornacinas con vistas a la lápida con la placa con el nombre, la fecha de la muerte y el tuyo no te olvides. En Ourense sólo coinciden los extremos, que se tocan. Hemos intercambiado un grito por otro. La del niño cuando nace por la de la familia que derrama lágrimas por el ausente.
somos eternos
Pero aquí la gente vive mucho tiempo y posiblemente bien, como lo demuestran los datos sobre la esperanza de vida. Sólo tres países (Japón, Suiza y Corea del Sur) mejoran los 83,7 cumpleaños que celebra el orense medio. Es una ventaja y quizás incluso una marca a explotar en el futuro. A la manera de “vente a vivir a Ourense, donde todo dura para siempre, empezando por ti”. No lo sé, es sólo una idea. La tranquilidad, la alimentación, una salud más que aceptable y otras variables influirán en esta estadística. Esta tierra, que amamos y despreciamos casi por igual, nos da de vez en cuando motivos para brindar. Con licor de café, por supuesto, que puede ser nuestro grial, el elixir de la juventud. Vencimos al sake japonés y al soju coreano por abrumadora mayoría. Ambos brebajes incluso los mezclaban con ese vino turbio que ponían en las barras. Fue eso lo que permitió a nuestros nonagenarios llegar hasta el día de hoy..
Como Arrabal
Una de las cosas que también nos define es nuestra capacidad de divertirnos, como lo ha demostrado en los eventos de esta semana, se evidenciará con el magosto y cada entroido se certifica. Conviene desmentir que la diversión fue inventada por Jácome antes de que sea demasiado tarde., aunque sus bromas son para celebrar. En realidad, nada de lo que hace o dice debe tomarse en serio. Sí, al alcalde se le puede achacar ser el visionario que retransmitió una cogorza por la tele, cuando aquel mago andrajoso, trastornando y tratando de no perder la vertical, como si quisiera reeditar la melopea de Fernando Arrabal en el debate sobre el milenarismo. Lo que hay que elogiar es lo baratos que son los actos que organiza el Ayuntamiento, incluso gratuitos, porque no se pagan ni se procrastinan. Esta semana escuchamos sobre las luces navideñas y las fiestas del año pasado. Compras y luego verás cómo pagas, dijo un vendedor ambulante para atraer clientes. Usted contrata, alcalde, lo que importa son los partidos. Y que Dios lo pague, porque el Ayuntamiento ya ve que no lo hace.
Facturas
Para facturas que pasan el El BNG a costa de su único diputado en Madrid, Néstor Rego, votando a la toma de posesión de Pedro Sánchez. El nacionalista preguntó y preguntó hasta que los socialistas le dijeron “y dos huevos duros”. Fue entonces cuando recogió la cosecha, la metió en la bolsa y la vendió desde el Padornelo. Entre las más llamativas, la reducción del peaje de la autopista entre Silleda y Santiago. El Gobierno tiene importantes inversiones pendientes en la provincia, algunas incluso desgastadas de tanto esfuerzo, pero la cuestión ahora es reducir el coste del viaje a Compostela. No se le puede pedir más a Rego, es el único en el universo nacionalista del Congreso donde otros hacen gran cosa porque son más. Ahora bien, si el voto de Sánchez no fuera imprescindible, el interés en beneficiar a Galicia sería justo.
El portafotos
Pedro Araújo regresa al decanato de la Facultad de Ciencias del campus de Ourense. Renunció más de una vez al mismo puesto y estaba ansioso por volver a tomar el mando. Es cierto que no suele haber muchos candidatos para este tipo de puestos, como por ejemplo la presidencia de la comunidad de vecinos. En términos de investigación, esta facultad se encuentra entre las 15 mejores del mundo en Tecnología de Alimentos y entre las 300 mejores en Ingeniería Agrícola, lo que da lustre y un impulso de autoestima a un campus que casi siempre es citado de mala manera. Araújo vuelve a ser la cabeza visible de un central que no debería bajar de este nivel. Y de ahí para arriba, qué menos.
En una entrevista publicada en este diario, entre otras cosas, dijo: “La sociedad tiene que visualizar que aquí somos capaces de formar futuros profesionales porque tenemos muy buenas capacidades (…) En las provincias también hacemos las cosas muy bien”. Este tipo de afirmaciones tienen cierto alivio en el sofá, sirven para echar la pena fuera, pero no sabemos aplicar la terapia correcta. Por ejemplo, Es experto en termalismo y energía geotérmica., recursos generosos aquí pero no despiertan. En las provincias a veces hacemos las cosas bien, a veces simplemente no las hacemos.
Cuando pones la lupa
Los buscadores de oro no se hicieron ricos
En la fiebre del oro de California, no eran los buscadores los que ganaban dinero, sino los vendedores de picos y palas. En el mina penouta Los trabajadores temen un cierre de la explotación, no los muy reservados grupos ecologistas que presentaron una denuncia por supuestos problemas medioambientales. En la región de Viana do Bolo no hay muchas oportunidades de desarrollo. Hay más de cien empleos directos en peligro y muchos más indirectos. Los denunciantes podrán proponer como alternativa económica a la comarca vivir todo el año en la androlla, el entroido, el turismo rural y las rutas de senderismo. Eso si no hay queja vegana por el uso de carne para el famoso embutido de la región. Viana no pretende ser la nueva California, a donde miles de personas emigraron a mediados del siglo XIX atraídas por el atractivo de enriquecerse con el metal. Aquí se trata simplemente de vivir, incluso de sobrevivir gracias a la mina de niobio y tantalio.