“Cuando se discutió la aprobación de la ley en el Parlamento hubo gente desinformando. Por ejemplo, los hombres trans que entran en cárceles de hombres trans pasan más de diez años y no mueren”, señala.
En el debate público se utilizan argumentos como “La facilidad” de la nueva ley para conseguir un cambio de sexo, para que puedan aprovechar su condición de mujeres para obtener penas menores por delitos de violencia de género. Dopazo responde que “a nivel familiar y vital hacer una transición no es algo sencillo, no es un trámite”, indica. Además, los delitos de violencia machista cometidos por un hombre antes de pasar a ser mujer se juzgan interpretando al acusado como un hombre. “Es curioso cómo a la mayoría de las personas que piensan en las personas trans no les importa el género de nadie. “A todos les falta algo”, afirma.
En Orense
En Ourense, el número de de personas que acudieron al Registro (38) es superior al de provincias con núcleos de población similares. Dopazo asegura que esto podría pasar porque en la provincia “hay muy buena atención sanitaria. La endocrina Iciar Solache hace un trabajo ejemplar: es activa, informa a las familias para que ellas también puedan desplazarse. El acompañamiento es más que digno”, afirma.
Además, atribuye la elevada cifra a la idiosincrasia de la provincia: “Tenemos que asumir que vivimos en un lugar donde no se respetan los derechos humanos”.