El PP amarra una posición común sobre las quitas de deuda y pone el aparato provincial a organizar las concentraciones


El Partido Popular (PP) intensifica su estrategia de oposición a la amnistía en todos los frentes. El presidente del Partido Popular convocó ayer a toda su organización a salir a la calle el próximo domingo 12 de noviembre en todas las capitales de provincia del país. En su discurso ante la Junta Directiva, Alberto Núñez Feijóo ha transmitido la idea de movilización permanente: «Vamos a seguir. No nos van a silenciar, no nos van a silenciar. No vamos a parar”. También ha recordado que estará presente en la manifestación convocada en Madrid el próximo 18 de noviembre, convocada por diversas asociaciones de la sociedad civil.

El PP da un paso adelante en esta cuestión tras varias semanas realizando actos partidistas, en formato concentración, en varias ciudades. En Génova admiten que no han sabido “dimensionar” correctamente el aforo en estos eventos. En Valencia y Málaga, los dos últimos domingos, el espacio elegido estaba claramente desbordado. Todo estaba preparado para desarrollar una nueva convocatoria este domingo. La ciudad elegida iba a ser Zaragoza.

Pero varios dirigentes consultados reconocen que sus bases están muy movilizadas y activas, pidiendo salir a las calles ya. Durante todo el fin de semana la dirección nacional estuvo trabajando en la idea y el nuevo desbordamiento de aforo que se vivió anteayer en Valencia animó a Génova a dar el paso de promover una concentración masiva. Un importante concejal señaló que era crucial movilizar a la gente en sus territorios, recordando que cuando en septiembre se celebró en Madrid el gran acto previo a la investidura de Feijóo, el movimiento no fue fácil.

Varias autonomías señalan que serán las direcciones provinciales quienes lideren la organización logística de las concentraciones en esta ocasión. Los presidentes provinciales ya estaban trabajando ayer. Su formato aún no se ha decidido. Pero quieren escapar de lo que se ha practicado en las últimas semanas, que no deja de ser un acto de partido. Ahora la idea es convocar la concentración, pero una vez que esté claro, que sea “un acto abierto”.

En los próximos días vendrá la pregunta: ¿Vox está invitado? Si en los otros formatos se planteaba la idea de que se trataba de un acto de partido, ahora se pondrá el énfasis en ese carácter abierto. En línea con esta idea, Alberto Núñez Feijóo ofreció ayer al PP como “refugio constitucionalista” y afirmó que el partido tiene las “puertas abiertas” para ser un punto de encuentro. La del presidente del PP, ante la Junta Directiva Nacional, fue una de sus intervenciones más contundentes de los últimos tiempos. Incluso algunos dirigentes que no fueron generosos con su estilo y estrategia se mostraron ayer muy satisfechos: “Fue un discurso magnífico”, afirma uno de los asistentes.

El PP apuesta por una estrategia “con todos los recursos, ante todas las instancias y en todos los ámbitos” ante lo que ha definido como “un escándalo sin precedentes en la historia democrática de España”. Mientras el Gobierno en funciones intenta acelerar los acuerdos para luego garantizar un largo plazo para enterrar esta polémica, Feijóo trabaja para hacer de la lucha contra una España a varias velocidades su principal línea de actuación: «No nos vamos a quedar callados. Quieren que olvidemos (…). “No van a conseguir la amnesia de los españoles sobre lo que están haciendo”.

La reunión de ayer sirvió para consolidar un entendimiento sobre cómo responder a la propuesta de alivio de la deuda de Cataluña que el Gobierno quiere extender al resto de comunidades. Hubo varios barones regionales que rechazaron el planteamiento cuando entraron en Génova. En la parte privada de la reunión del Consejo de Administración, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, fue la primera en tomar la palabra. Aunque puede ser vista como la gran perjudicada, ya que su región no tiene ninguna deuda con el FLA, la presidenta madrileña pidió, como corroboraron varios asistentes, “no caigas en la guerra de los números”. Un presidente autonómico corrobora que el acuerdo alcanzado es no caer en la “trampa” numérica porque lo que quiere el PSOE es una guerra entre las comunidades del PP. Otro presidente regional se niega a aceptar el marco: «Hablamos de la deuda porque es lo que beneficia a Cataluña. ¿Por qué no hablamos de infraestructura? Además, se cuestiona que esto no pueda surgir de una negociación bilateral sino en el marco del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Otros, como la Comunidad Valenciana, que potencialmente se beneficiaría, lo ven como un parche y creen que lo que habría que abordar es la reforma del sistema de financiación.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *