El viento no sopla a favor de quienes trabajan en el sector en la zona. Primero fueron las altas temperaturas del verano, que afectaron al agua y también al marisco; luego las fuertes lluvias y la apertura de la presa del río Tambre, que provocó una acumulación de agua dulce tan grande que ahogó a los berberechos; y, ahora, esto.
Durante los últimos meses se han estado sembrando crías de bivalvos por toda la zona para poder iniciar con cierta seguridad la campaña, tras mucho tiempo parada. Pero, tras apenas diez días de trabajo, no saben si podrán seguir desempeñando sus funciones en el mar.
Quico Pérez, presidente de los mariscadores del pie de Noia, fue uno de los primeros en comprobar la desastre cuando sale a pasear con su perro por la playa de Testal. “Había toneladas de berberechos en la arena“Una auténtica barbaridad”, explica todavía sorprendido. El mar arrastró una enorme cantidad de bivalvos hasta la playa de arena, provocando la muerte de muchos de ellos. muerte.
Una catástrofe para el sector
No había tiempo que perder, así que, desde la cofradía, se organizaron para ponerse manos a la obra. No iban a trabajar al mar, sino a la arena. A partir de ahí, cada uno con su capazo, intentaron devolver los ejemplares que aún quedaban vivos para intentar seguir reproduciéndose y llegar a la tamaño establecido para marketing.
La imagen, que aún puede verse en algunas de las playas de la zona, no ha dejado a nadie indiferente y muchos curiosos se han acercado a saber el por qué del fenómeno. Más allá de la impresionante fotografía, este episodio es un catástrofe para el sector.
En las próximas horas, y en función de cómo evolucionen las labores de limpieza de playas, intentarán volver a pescar marisco, aunque sabiendo que buena parte de su sustento ya está perdido.