Ourense recuperó una veintena de máscaras de Entroido en una década



En el pequeño pueblo de Freás (Astariz, Castrelo de Miño) hay 66 vecinos pero hay casi 100 censados ​​en la asociación de vecinos de Castro da Santa Lucía. Los regulares y los emigrantes unen fuerzas para recuperar, entre otras cosas, la Ingresó perdido hace más de 50 años. Los Peteíráns de Freás son uno de los personajes del carnaval de Ourense que saldrán, por primera vez después de medio siglo, este domingo de Entroido. Es una figura colorida, observadora y tranquila. Peteíran proviene de peteiro (pico), el más característico de la máscara, y peta (herramienta de hierro para cavar en terreno duro). Ramón, José Manuel, Puri, Antonia, José Manuel, Isaac y Luis lucen a Peteírans en un viñedo de O Ribeiro que también les conecta con la esencia de su Entroido: la naturaleza. Llevan una cesta con camelias y mimosas, que simbolizan el invierno y la primavera. Golpean su peta sin mango con un martillo.

El tirón del Entroido, más allá de lo muy consolidado triangulo magico, lleva a los cabildos de la provincia a recuperar sus tradiciones. Y si no los tienen, los inventan. En la última década han aparecido al menos una veintena de personajes del Entroido ourensano.

Las figuras de Entroides que se han recuperado

Ribadavia también recuperó en 2023 la tradicional máscara de O Ribeiro. La Botarga que Eladio Rodríguez, presidente de la Real Academia Gallega hasta 1934, dejó registrada en su diccionario. “Tenía en la mano una vejiga de cerdo inflada, sujeta por una cuerda, y una especie de látigo con el que espantaba y perseguía a los animales. muchachos”, dijo el residente de San Clodio.

En Celanova Planean salir este año con la máscara de Gárgola. La tradición se remonta a principios de este siglo, cuando se pensaba dar vida a las gárgolas que beben en las aguas del monasterio de San Salvador. Crearon siete figuras pero la recuperación de este carnaval no llegó a buen puerto. Ahora lo están intentando de nuevo: varios grupos estaban trabajando en la creación de máscaras.

También este año, A Gudiña se sube al carro de promocionar su entrudio. La Asociación Os Torgueiros quiere recuperar la tradición de pueblos como O Tameirón o Pentes, donde la figura de Entrudio saldrá a la calle el día 18, tras décadas de tradición perdida.

En Vilameá resurge estos días un Entroido único Xures. Las Danzantes vuelven a recorrer los pueblos tras recuperar en 2020 el traje, confeccionado con colchas y pañuelos de colores y, en la cabeza, un sombrero con flores.

El viaje continúa este año por Castrelo do Val. Él maragato Volvió a recorrer las calles después de años sin actividad, gracias a la iniciativa de los vecinos guiados por un traje antiguo para recrear el nuevo.

En el municipio de Laza el Entroido de Matama. Comenzaron a recuperar tradiciones en 2018 y, este año, regresan las comparsas.

El Carantoño de Lobeira ha sido recuperado recientemente, gracias a un vecino que en octubre de 2022 se puso a trabajar. Los recuerdos de Julio Alonso, de 91 años, ayudaron a su hijo Juan Carlos a promocionar la mascarilla. Sobre el carácter de carantoño Habla el experto Federico Cocho en su libro “O Carnaval en Galicia”.

También en 2022, Buxánen O Bolo, añadió una novedad a su colección: recuperaron la figura del Oso tras cinco años sin aparecer.

En un pueblo de Xunqueira de Ambía, en Sobradelo, el poeta Rochi Nóvoa, a través de la asociación O Sobradelo do Tangaraño, impulsó la recuperación del Farrumecos hace seis años. Es un personaje con el rostro cubierto con un paño blanco y vestido con colores llamativos. Es sucio y supersticioso y pide casas. Tras recuperar el traje, que dejó de salir a los pueblos hace 30 años, en 2022 han vuelto a correr por las calles.

En Muíños, el Cabreiros, que simbolizan una cabra que bajaba al pueblo para participar en una pelea que terminaba en baile. En 2004 recuperaron el traje, pero no volvió a salir a la calle hasta hace siete años.

En Lobios tienen su follateiros desde 2018. La tradición oral de Grou ayudó a promover esta figura. Un reportaje de Laura Fernández torrevieja news today menciona un testimonio: “Mi amiga Carmen me dijo que, para el Entroido, se vestían sólo con pelo y se cubrían con nada”.

Al año siguiente se animó A Veiga, que presume de Charrelos desde 2019. En este caso, el propio Concello encargó un estudio a la UVigo para recuperar su Entroido. Los investigadores visitaron 19 localidades del municipio para dar vida a un personaje desaparecido en los años sesenta. También se recuperaron otros dos personajes: el boi y la morte.

En 2020, tres mujeres recuperaron varios personajes del Cualedro Entroido. En mázcaras de A Xironda -el más numeroso- y al zarramoncalleiro de Cualedro se le sumaron en 2019 las Madamas de Carzoá y en el año de la covid los Galán. “Lo importante de este personaje es ocultar la identidad. Sabemos que para vestirse, en la antigüedad, tomaban todo lo que necesitaban y se iba a las montañas donde nadie podía verlo. Después regresó al pueblo”, dijo un promotor a torrevieja news today.

También en 2020, A Mezquita recuperó la figura del Zamarreiros para inaugurar el famoso Entroido en el que se celebra la “corrida dos Galos”. El zamarreiro recorre las casas pidiendo el aguinaldo. En Mugares, Toén, cuentan con un centro de interpretación del Entroido desde 2022. El trabajo de la asociación de mujeres rurales propició la recuperación de dos figuras más en 2018: el Mazaruco y el Mazaruca, que desfilan con los Labardeiros y las Señoritas. “Din ustedes más maiores que ese día se hizo pasar como una voda dos bonecos. Iban montados en un burro o en un carro. “Un cielo desde lo alto del pueblo de Mugares hasta el otro lado de Moreiro”, explicaron los promotores.

Justo antes del año de la pandemia, en 2019, Boboras Recuperó sus Felos de Feás, después de muchos años sin participar en el Entroido. Una treintena de vecinos se sumaron a esta iniciativa, confeccionando coloridos disfraces, además de sombreros de copa, además de abanicos y colchas.

Vilardevós Se cuela en la lista de mascarillas recuperadas en la última década. Chocalleiro revivió en 2014 después de 40 años. Son al menos 22 máscaras desde 2014. Habrá más personajes del Entroido ourense que aún viven en la memoria de los mayores.

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