El uso de estas pistolas, cuyo uso no puede ser indiscriminado, es una vieja reivindicación de los sindicatos que representan a los policías, “para reducir la peligrosidad de los detenidos que violan el principio de autoridad de la policía y ponen en riesgo su vida”, según Roberto González, secretario gallego del SUP, añade que Cada vez hay más situaciones comprometedoras para los agentes que patrullan la ciudad, sobre todo a raíz del aumento de riñas y disturbios vinculados al ocio nocturno o conflictos sociales que se derraman en las calles. Para González, el taser les da más respaldo legal ante determinadas intervenciones, sobre todo, porque Evitan el uso de un arma de fuego reglamentaria en situaciones en las que se debe tomar una decisión en unos segundos. El impacto nocivo de los vertidos “es mínimo” y, añade, tiene un carácter “disuasivo”.
La Policía Nacional ha visto un aumento de detenciones por atentados a la autoridad desde la pandemia. Los agentes aseguran que la tensión es mayor. El año pasado hubo récord, con 45 detenidos. En 2019 habían sido 29 y disminuyeron durante los años de la covid, con 24 y 28, respectivamente, porque, por el contrario, Se aumentan las sanciones por desobediencia o resistencia grave a la autoridad. o sus agentes en el ejercicio de sus funciones, amparados en la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como ley mordaza. En 2020 se impusieron 2.386 multas, lo que supuso que los afectados tuvieron que pagar un total de 1.455.562 millones, mientras que en 2021 ya bajaron a 336 (212.974). En 2019, solo eran 110 (62.790 euros).
Antes de utilizar esta arma hay que hablar, según mandos policiales
A la hora de incorporar el taser a su armamento, la Dirección General de la Policía estableció una serie de pautas de uso. El dispositivo electrónico, según lo establecido en sus resoluciones, Se enmarca como “un instrumento eminentemente disuasivo para uso policial”. Además, todas las acciones realizadas con esta arma deberán quedar registradas para poder ser auditadas.
El choque produce una contracción muscular que provoca la caída del sujeto (interfiere con las señales enviadas por el cerebro a los músculos) y deja al herido inmovilizado durante tres a cinco segundos al incapacitar temporalmente el sistema nervioso sensorial y motor. Según las directrices de la policía, “el uso de la fuerza es el último recurso y los agentes deben respetar los principios de coherencia, oportunidad y proporcionalidad”. La Dirección General de la Policía Recuerda que antes de activar la pistola eléctrica “será necesario haber agotado todas las vías de diálogo”., posible negociación y mediación, advirtiendo claramente a la persona buscada que se utilizará el dispositivo si no abandona su actitud”. El usuario no debe apuntar a la cabeza y el cuello del sujeto para evitar lesiones graves. Y no puede utilizarse con mujeres embarazadas, niños menores de 14 años, personas mayores o medios de control del orden público en manifestaciones.