Castilla y León gana 10.000 habitantes en el último año y medio


M. Gajate

Tímidamente, pero sin frenos, durante seis trimestres consecutivos, los residentes en Castilla y León han vuelto a aumentar entre los meses de agosto y octubre, cerrando así un periodo de año y medio en el que la Comunidad ha sumado más de 10.000 personas. Un incremento marcado por una población extranjera en continuo ascenso que supera el descenso sostenido de la de nacionalidad española. En concreto, se ha alcanzado la cifra de 2.385.907 habitantes, un 0,09 por ciento más que en julio, aunque por debajo del incremento nacional del 0,25 por ciento. De hecho, es el tercer territorio con menor incremento. Sólo supera a Andalucía y Extremadura.

Así, desde aquel mes de abril de 2022, tras el que comenzó la escalada poblacional en Castilla y León, los españoles residentes han contabilizado 16.900 bajas y los extranjeros son 27.000 más tras un aumento sostenido que las sitúa ahora en el 7,5 por ciento. por ciento del total de residentes, según el Estadísticas Continuas de Población (ECP), que fue publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Entre las llegadas a Castilla y León, Colombia destaca en este último trimestre como principal lugar de origen de los 3.270 inmigrantes registrados entre agosto y octubre en la Comunidad. Les siguen Marruecos, con 900, y Venezuela, con 730. Un total de 840 de ellos, nacidos en el extranjero, tenían la nacionalidad española. Esto es precisamente lo más común entre los emigrantes. Son una de cada tres de las 750 personas que hicieron las maletas y se dirigieron a otros países durante ese periodo.

La población extranjera también introduce cambios dentro de la pirámide generacional. Entre los extranjeros, el veinte por ciento no llega a los veinte años y el grupo de edad con más habitantes es el de entre 40 y 44 años, cifras que rejuvenecen en pequeñas dosis a una comunidad envejecida en la que, en términos generales, los jubilados duplican el número de jubilados. menores. Así, hay más personas mayores de 89 años que bebés que no han soplado su primera vela, un envejecimiento que tiene su consiguiente reflejo en otros parámetros estadísticos como el sexo. El 50,9 por ciento de la población son mujeres, que viven más tiempo, y los hogares unipersonales, habitados en gran parte por personas mayores, son los más habituales. En concreto, aquellos hogares con un solo miembro son el 35 por ciento del total.


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