Así reventaron los ultras la manifestación contra la amnistía en Ferraz


Son alrededor de las nueve de la noche. Unas 1.500 personas -según estimaciones de la Policía- se manifiestan cerca de la sede del PSOE contra la concesión de amnistía a los procesados ​​por el ‘procés’. Mientras tanto, Otro grupo de unas 4.500 marchas por la Gran Vía entre los coches hacia la concentración, no pudiendo acceder al Congreso de los Diputados y protagonizando un plantón en la Plaza de Neptuno.

El cruce entre las calles Ferraz y Marqués de Urquijo se llena de gente gritando contra Pedro Sánchez. “Puigdemont a prisión” es uno de los cánticos más repetidos. El jefe de la protesta, anteriormente poblada por personas mayores, incluso algunos niños, ha ido dando paso a grupos de enmascarados vestida de negro. Insultan a la Policía y a la prensa.

Una mujer comienza a regañarlos. “Sois nazis”, les grita a unos metros de distancia. Ella misma se sitúa entre el grupo y el cordón policial, dándole la espalda. “¡A estos! ¡Estos son a los que tienes que detener!les grita a los agentes mientras señala a los encapuchados.

Varios de ellos intentan empujar a la mujer, de unos cincuenta años, pero dos individuos con el rostro descubierto que encabezan la multitud impiden que sea atacada. «Son de Frontal Bastion, los conozco desde hace años», cuenta la mujer a torrevieja news today una vez han disuelto la manifestación. “No os podéis imaginar lo criminales que son”, denuncia.

Isabel Peralta, una de las caras visibles de esta organización ultra (su figura cobró relevancia mediática después de que se viralizara su discurso contra los judíos) se sube al quiosco de un extremo de la calle y comienza a saludar. Romano. Muchos manifestantes responden con abucheos. También están integrantes de las agrupaciones Haz una Nación y Democracia Nacional, a quienes se les escucha entonar himnos como el de División Azul y Cara al Sol, con la respuesta de parte de la protesta al grito de “fuera, fuera”.

Se encienden varias bengalas, una cae detrás de las furgonetas estacionadas detrás del cordón policial. La Policía comienza a tomar posiciones y saca equipo antidisturbios. Escudos y pistolas para lanzar bolas de espuma.

Barras de hierro, botellas y adoquines.

Los individuos que previamente han evitado agredir a la mujer piden a los encapuchados que esperen. después de revisar sus teléfonos móviles repetidamente. Cuando llega el momento, desaparecen del frente y la tensión y los ataques a los agentes alcanzan su máxima intensidad. Posteriormente se les verá nuevamente caminar tranquilamente, una vez que la protesta ha mutado en batalla campal, increpando a los reporteros que graban videos y hacen retransmisiones en directo desde la zona.

La turba aumenta, ya sin órdenes de contención, la Lanzar objetos contra el cordón policial. y la prensa. Caen barras de metal, adoquines, materiales de construcción y botellas de vidrio. Los agentes hacen retroceder a los periodistas apostados, mientras los enmascarados atacan bajo la lluvia de materiales que cae desde unos metros detrás.

Consiguen separar una de las vallas dispuestas Para la policía. Y, una vez han conseguido levantar varios de estos, que previamente estaban colocados de tres en tres para separar el cordón de la cabecera de la protesta, una veintena de antidisturbios avanzan hacia el grupo que les desafía a corta distancia.

Los ultras se retiran, pero continúa el lanzamiento de proyectiles contra los agentes. El resto de manifestantes, o los que quedan en ese momento, Comienzan a huir por las calles aledañas.. Dos primeros furgones de la Policía avanzan desde el interior de la calle Ferraz, al mismo tiempo que los agentes cargan contra los alborotadores.

Los altercados se dividen en tres espacios. Un grupo se dirige hacia el Templo de Debod, otro hacia el final de la calle Ferraz y un tercero sube hacia la calle Princesa por Marqués de Urquijo. Ahora, y hasta que el operativo policial consiga disolver el motín, Los agentes persiguen a los ultras calle a calle, en escaramuzas en las que se incendian varios contenedores y se repiten las detonaciones de petardos y el lanzamiento de objetos en el corazón de la capital. Algunos vecinos bajan a la calle para apagar las hogueras con extintores, e intercambian insultos con los alborotadores.

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