«Como no me paguéis, os quemo vivos»


Ni su gran invalidez ni su miedo le impidieron afrontar el trance. Joaquín, de 23 años, acudió a la Policía en junio para denunciar la graves amenazas contra él y su familia durante años y habían llegado a temer por sus vidas. Los autores, con quienes se relacionan, se refugiaron en una vieja deuda de esas que nunca se extinguen. “El chico estaba aterrorizado y la familia ya vivía en una situación al borde de la indigencia”, explica uno de los investigadores a torrevieja news today. El Grupo I de Crimen Organizado de la Policía Nacional de Alicante ha detenido a cinco miembros de un clan por acoso y derribado a Joaquín y su familia. Los acusa de detención ilegal, amenazas, robo con violencia e intimidación y obstrucción a la Justicia.

La historia comenzó hace dos décadas en el barrio de las llamadas ‘Mil Viviendas’, ahora conocida como Virgen del Carmen, una de las zonas más peligrosas y conflictivas de Alicante. Allí viven las víctimas y sus verdugos. El tío de Joaquín, Juan SA, pidió un préstamo de un millón y medio de pesetas a un conocido suyo medio pariente, Juan, alias ‘el Porras’. Le prestó el dinero, pero en condiciones de usura. Desde entonces –han pasado casi 20 años– la deuda continúa, nunca ha sido saldada a pesar de las cuotas mensuales que recibía ‘el Porras’.

ingresos habituales

«Se convirtió en una especie de deuda familiar que también reclamaban a la madre de Joaquín y a él mismo. Ese pago mensual se había convertido en un ingreso regular. para la familia de ‘el Porras’resume uno de los agentes que llevó a cabo la operación.

Cada mes, cuando Joaquín cobraba los poco más de 400 euros que recibe como beneficio por incapacidad (posee el 71 por ciento), el dinero terminó en manos del prestamista. Para ello habían obligado a la familia a que Juan SA, el tío, apareciera como autorizado en la cuenta corriente del muchacho en la que tenía depositada la pensión. Tan pronto como lo hizo, su tío tuvo que entregar el dinero al usurero.

Pero los planes de ‘el Porras’ se torcieron cuando Joaquín abrió una nueva cuenta en el Banco Sabadell en la que ya no iban a tener gestión de dinero. Al enterarse, el prestamista y varios de sus Se presentaron en la casa de la víctima. exigiendo que les den la cuenta de ahorros: “Si no me pagan, le prendo fuego a la casa y los quemo vivos”, amenazó.

“Creemos que ese fue el detonante, la pérdida del control económico, pero la víctima relató numerosos episodios anteriores y ya se los habíamos contado. arrestado por hechos similaresaclaran los investigadores.

En enero de este año, el Grupo I de Crimen Organizado de Alicante detuvo a varios de ellos, luego por acosar, agredir y amenazar a Isabel, la madre, que también padece una discapacidad intelectual del 65 por ciento. La forma de actuar era idéntica. que luego pusieron en práctica con su hijo.

La situación familiar se hizo insostenible. Cada euro que entraba en la casa acababa en manos del clan ‘el Porras’, pero también había varios hechos que precipitaron el desenlace. Joaquín fue obligado a abrir una nueva cuenta corriente en la que figuraba como autorizado un miembro del clan del prestamista para disponer libremente de la pensión social. Ocurrió en las hogueras de San Juan. Lo obligaron a subir a un auto con varios de ellos y lo llevaron al banco para asegurarse de que cumpliera con lo que le exigían.

no dudaron en agredirlo fisica y psicologicamente, como relató: “Si no haces lo que te decimos, te vamos a pegar primero y luego a matarte”. Los investigadores constataron que Juana, la socia de ‘el Porras’, reprochó a Joaquín que su cuenta estaba bloqueada y que no podía sacar dinero con su tarjeta en el cajero automático.

Administrando su cuenta

La coerción de los últimos cinco años se intensificó. Vivían en el mismo barrio y y los cruzaban casi a diario. “El miedo hacía que nunca dejaran de pagar”, dice uno de los policías. A raíz de las detenciones de enero por las agresiones y amenazas contra su madre, el juzgado de la causa citó a declarar como testigo a Joaquín. Al enterarse, el clan redobló la presión y los ataques al chico. Lo llevaron a su casa, donde lo mantuvieron encerrado los dos días previos a la comparecencia. Allí, relató, no pararon de amenazarlo: “Si no haces lo que te hemos dicho, te mando a este y te va a dar una paliza”. La intención era que cambiara su declaración y negara todo y para eso lo llevaron a los Juzgados y lo esperaron en la puerta.

Durante el encierro, en manos de ‘el Porras’ y sus familiares, el joven no pudo escapar porque siempre estuvo vigilado; ni pedir ayuda: le quitaron el celular y lo dejaron incomunicado. También tenían en su poder el DNI de la víctima, su tarjeta bancaria y su tarjeta de crédito. Joaquín, a pesar de su miedo, fue a la comisaría y puso la denuncia (estaba acompañado de un familiar). No se escatimaron detalles del calvario vivido. Los agentes, tras una compleja investigación por el hermetismo del ambiente, detuvieron a los cinco presuntos autores, cuatro hombres y una mujer, miembros del clan ‘el Porras’, de entre 21 y 55 años, y familiares de las víctimas. Los policías tuvieron que pedir refuerzos para entrar al barrio.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *