La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, conoció el contenido de la carta que el comisario de Justicia, Didier Reynders, envió este miércoles al Gobierno español para pedir detalles sobre la ley de amnistía, así como la indiferente respuesta que el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, envió a Bruselas unas horas después.
Ayer, portavoces comunitarios justificaron reiteradamente la intervención preventiva de Reynders pese a que dicha ley de amnistía aún no ha sido aprobada, señal evidente de la enorme preocupación que los últimos acontecimientos políticos en España han suscitado en la capital comunitaria.
Sin embargo, en el ámbito jurídico se recuerda que la posibilidad de iniciar un procedimiento sancionador contra España no podría acometerse hasta que exista un elemento jurídico concreto que haya sido tramitado en el Congreso.
En la Comisión Europea consideran que “en principio” el Gobierno debería enviarles el texto del proyecto de ley como respuesta formal a la petición de Reynders y es entonces cuando los funcionarios comenzarían a analizar los aspectos concretos del texto y determinar si consideran que perjudican los intereses y valores europeos.
La carta del Comisario de Justicia fue enviada precisamente con tanta prisa el miércoles por la noche, antes de que rumores de que el anuncio del acuerdo era inminente, porque esperaban que la advertencia tuviera un efecto preventivo, como ha ocurrido en ocasiones anteriores, y asegurara que Pedro Sánchez había optado por la moderación.
Una vez confirmado que el líder socialista ha preferido el camino contrario, es decir, acelerar el acuerdo con el prófugo Carles Puigdemont, en Bruselas han tenido que reconocer que “legalmente no podemos actuar hasta que no haya un texto que al menos tenga entró en el Parlamento.
En este sentido, el factor de que el proceso pueda retrasarse en el Senado daría a las instituciones europeas un mayor margen de tiempo para poder oponerse a una legislación “si realmente va demasiado lejos en dañar la independencia de los jueces, como ya ocurrió en the case of Polonia”, cuando la Comisión remitió el asunto al Tribunal de Justicia de Luxemburgo.
Hasta ahora, Von der Leyen había mantenido una actitud condescendiente hacia Sánchez porque necesita permanentemente el apoyo de los socialistas europeos y del presidente del Gobierno español. le ha devuelto el favor apoyando el grueso de sus iniciativas. La carta de la noche del miércoles podría anunciar un cambio en este sentido, pese a que portavoces de la Comisión indicaron ayer que la institución “sigue trabajando en un buen clima con la presidencia española”.
Escritos a la Comisión
Ahora la Comisión espera una avalancha de cartas y declaraciones de grupos jurídicos contra el acuerdo entre PSOE y Junts, lo que va a ser un factor muy importante, como lo ha sido en la redacción de Reynders, para movilizar a la institución.
Lo que probablemente el ejecutivo comunitario no podrá evitar es que el clima de división que se ha extendido en la clase política española se extienda al nivel europeo.
En el pleno de noviembre en Estrasburgo, que comienza el día 20, corresponde precisamente al Partido Popular Europeo introducir el debate sobre un tema que no estaba en el orden del día y, como era de esperar, en esta ocasión será la situación del estado de derecho en España y no se someterá a votación a menos que para entonces ya exista un texto específico. Se supone que los socialistas intentarán reunir apoyo entre sus correligionarios de otros países para intentar neutralizar las críticas.
Aunque el PPE es el grupo más importante de la cámara, en principio sólo puede contar con los conservadores y los liberales, dado que la mezcla con la cuestión catalana puede llevar a muchos de los verdes y, por supuesto, a la extrema izquierda, a apoyar a los socialistas. posiciones.