Divisin independentista sobre el camino hacia el nuevo referndum


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ERC y Junts frenan la moción de la CUP que pedía iniciar “inmediatamente” la aprobación de una ley de referéndum para otra consulta

Aragón
Aragonès saluda a Salvador Illa en el Parlament.EFE
El independentismo catalán comparte un objetivo: la convocatoria de un nuevo referéndum de autodeterminación con resultado vinculante para consumar el proceso independentista que reinicia la amnistía. Pero discrepa sobre la manera de recorrer el camino que separa el momento actual y ese eventual voto separatista que Pedro Sánchez está abierto a abordar, según los acuerdos de investidura que el PSOE ha firmado tanto con ERC como con Junts.

Este desacuerdo se puso de manifiesto ayer en el Parlament gracias a la CUP, que sometió a votación una moción en la que instaba a aprobar una ley de referéndum como la que llevó a cabo la Cámara catalana el 6 de septiembre de 2017 para proteger el referéndum del 1-O.

Los antisistema sostenían que actuaban para poner a prueba la desjudicialización acordada con los socialistas, pero lo cierto es que su iniciativa buscaba fundamentalmente exponer las intenciones y contradicciones de las dos grandes fuerzas independentistas catalanas, conscientes como es la CUP de que los deseos de La secesión de sus compañeros de viaje es tan poderosa como incierta su estrategia para abrazarla.

La moción fue rechazada por la negativa de ERC y Junts a apoyarla. Los partidos de Oriol Junqueras y Carles Puigdemont se abstuvieron después de que los radicales se negaran a incorporar sus enmiendas a la propuesta para darle forma. La CUP no es un partido de consenso y ayer volvió a demostrarlo al preferir una derrota parlamentaria a diluir su propuesta.

Los anticapitalistas exigieron la aprobación inmediata de esta especie de ley de desconexión para organizar un referéndum antes del final de la legislatura catalana, que expira en febrero de 2025. Y ese fue, de hecho, el único punto de desacuerdo con una ERC que sí contemplaba en sus enmiendas el impulso de una ley de referéndum, como desveló este miércoles este periódico, pero que no estaba dispuesto a comprometerse a celebrar la votación secesionista en un horizonte temporal tan apremiante como los dos años que exige la CUP.

El 1 de octubre fue el acto de soberanía más importante del pueblo de Cataluña en los últimos 400 años, pero lamentablemente después de ese día no hubo reconocimiento internacional, afirmó el portavoz adjunto de ERC. Jordi Orobitgy luego invitar a la CUP a sumarse a la negociación que los republicanos pretenden acometer con Sánchez nada más tomar posesión para acabar pactando durante la legislatura española, es decir, antes de 2027, la organización de un referéndum al estilo escocés.

Junts se declaró desconcertada por las prisas de la CUP. Lo que no podemos hacer es hacerlo solos, argumentó su portavoz, su portavoz, mónica ventaspara justificar su decisión.

La discrepancia separatista fue celebrada por el PSC, que, al igual que el común, el PP y Vox contribuyeron a anular la moción. Los ciudadanos prefirieron no participar en la votación porque su mera discusión constituía una violación del orden constitucional, afirmó su portavoz. Anna Grau.

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