El precio del kilo de castaña varía en función de la calidad. La fruta en peor estado se puede adquirir por poco menos de 3 euros el kilo. Sin embargo, las variantes de mayor calidad se disparan hasta los 6 o 7 euros, lo que las sitúa en una gama superior a la del año pasado.
Magosto, por supuesto, no consiste sólo en comer castañas. Aquí viene uno segunda decepción para el consumidor: Alimentos como la carne, el vino, la bica o incluso las bebidas espirituosas también han experimentado aumentos de precios. Por ejemplo, chorizos. Un paquete de tres cuesta unos 2,50 euros en un supermercado céntrico de la ciudad.
La costilla de cerdo para chuletón requiere una inversión de casi 8 euros. Una bica tradicional de 1.200 gramos puede suponer un desembolso de unos 13 euros. Por último, mojar los labios en licor marrón requiere pagar, de media, unos 8 euros por cada botella de 700 mililitros.
Estos crecientes gastos están respaldados por el aumento del índice de precios al consumo, el IPC. Según los últimos datos de este marcador, El coste de los alimentos creció un 10,3% desde noviembre pasado.. Las bebidas alcohólicas, como el vino y los licores, se encarecieron un 4%. Aún más cruda es la comparación con el último período prepandémico, el de 2019. En comparación con esa época, los precios de los alimentos se dispararon un 30,5% y los precios del alcohol un 14,1%.
“Non é o dutros anos”
En la Plaza de Abastos número 1 de la ciudad, los comerciantes no sucumben al pesimismo. “No se puede queixar nada, tal como están los tiempos. La vida cada día sube más”, afirma Margarita Otero, de Frutas Margarita. pequeñas empresas perciben una cierta reducción en la demanda, respecto a magostos anteriores. “Basta ya, que algo está subiendo”, dice Margarita. Pero “non é o doutros anos”, añade el frutero: “Cada año la gente es más estricta”.
Ante la mala calidad de parte del producto, Margarita optó por cribar la mercancía y dejar solo la buena. “Si no le quitaran las cosas malas que tenía, o mejor podría venderlo por un poquito menos. Pero cada vez se ve la Quitoa mala, y claro, la paganina mala como la boa”. Ella razona una explicación: “La castaña ardía de tanto calor, y el conductor, dentro, se sentía fatal”.
En el stand de Industrias Rebollo, Teresa percibe el mayor interés de los ourensanos por comprar carne con la llegada de estas fechas. Los alimentos para cerdos son los más apreciados y tradicionales del Magosto. Sin embargo, los orensanos abren los ojos. “También coincide con las personas. O más típica es una costela de porco. La gente de moita, además de la costela y el tocino, también ponen tenreira costela, zancos de polo…”, observa. Y el comercio agradece la llegada de vacaciones como ésta, ya que estimulan las compras: “Estos picos de consumo siempre vienen bien”.
El incremento del precio de los productos tradicionales de San Martiño, en cualquier caso, No parece ser impedimento para que los orensanos se preparen para asar las castañas y los chorizos mañana. Aunque tengan que pagar más. Como dice Teresa, “no es barato, pero queremos celebrar y salir de fiesta, así que…”