La vuelta del Un, dos, tres


La cultura televisiva de mi infancia es escasa, por no decir inexistente. En casa lo que había era una prole formada por siete hermanos, padres y un aparato de radio. La tele llegó a la casa del vecino de abajo, donde vivían los abuelos Joaquín y Emilia con los tíos José María y Milagro, y donde vi jugar a la Selección Española en blanco y negro y los primeros programas de la Uno, dos, trescon Kiko Legard como presentador y teniendo al gran Chicho Ibáñez Serrador como alma mater de ese divertido y popular espacio televisivo.

Me dicen que el programa ha vuelto. Si se mantiene el formato de aquellos años, a los concursantes se les harán las más variadas preguntas como capitales de países europeos, nombres de vegetales, razas de perros, sinónimos, reyes góticos, futbolistas…

Teniendo en cuenta que los augurios más oscuros, que nunca pensamos que podrían hacerse realidad, ya se han consumado de forma desalentadora porque, en efecto, España ya no es conocida ni siquiera por la madre que la parió, la presentadora del concurso. indicará a los participantes que podrán dar sus respuestas en cualquiera de los idiomas que se han considerado oficiales y se hablan en la República Plurinacional Ibérica, que es lo que nos ha llevado Pedro Sánchez y sus malas compañías.

El tictac de un reloj impetuoso esperará para empezar y los concursantes esperarán la indicación del presentador que, finalmente, les dirá: “Por cinco euros, palabras sinónimas que significan lo mismo que VERDADERO: Uno, dos tres, contesta de nuevo. Los concursantes, que dicen ser de Reus y ella de Amer, el mismo pueblo que el de Carles Puigdemont i CasamajóEl que, por cierto, es ahora ministro de Asuntos Exteriores de la República Plurinacional Ibérica, responderá alternativamente, claro está, destacando sus dificultades para responder en español, una lengua que el Gobierno ha hecho hablar cada vez peor a los españoles. Y comenzaron a decir: Verdadero, verdadero, auténtico, positivo, real, verídico, franco, fetén, exacto, sinsero, auténtico.»

¡¡¡Nooo!!! exclamará el presentador en voz alta, mientras los tacaños, también fuera del túnel del tiempo, tocarán cuernos, campanas y cencerros. Has repetido “auténtico”…!!! En total son diez respuestas correctas, que por cinco euros cada una, dan un total de 50 euros.

(Se escuchan entusiastas aplausos de una claque contratada para tal efecto y rigurosamente seleccionada para acceder al recinto, ahora muy controlado).

Sigue el programa. «Ahora – añade el presentador – si en la primera prueba pedíamos palabras relacionadas con la verdad, ahora os pedimos palabras que signifiquen lo contrario. Por cincuenta euros, palabras que son sinónimos de mentira…” (Cabe señalar que no pensé en Pedro Sánchez para nada en ese momento)… Y los concursantes empezaron a dar cuenta de lo que sabían: mentiras, que seguían a raudales: engaños, mentiras, falsedades, patrañas, engaños. , engaño, “discusión, falacia, calumnia, patraña, disparate, trampa, engaño, patraña, engaño, mentira, embrollo, fraude…”

¡¡¡Tiempo!!! Se escuchará al presentador mientras los concursantes se dan la mano en señal de felicitación mutua. El mismo azafato, azafata o azafata se preparará para seguir haciendo cuentas. Y calculadora en mano ofrecerá el resultado de la multiplicación: “Diecinueve palabras a 40 euros… 760 euros”.

Los aplausos son ahora entusiastas de un público entregado y satisfecho y sobre todo de unos ancianos muy divertidos que muestran su felicidad inmersos como si estuvieran en el túnel del tiempo.

«Y vamos con la tercera prueba. Queremos saber palabras que signifiquen lo mismo que ególatra. (Permítanme insistir en que no estoy pensando en nadie en particular.) Por 760 euros por cada respuesta correcta, palabras que significan lo mismo que ególatra.

Sudados y añorados, la pareja se mira y ahora ella es la primera en responder: “Ególaga” y siguen tropezándose y añadiendo más palabras que hacen crecer la lista: “Narciso, vanidoso, fatuo, engreído, pedante, engreído, presuntuoso, inmodesto, afectado, vanidoso, petulante, vanidoso, jactancioso, Sánchez…”

¡¡¡Qué diceeeee!!! El presentador exclama con la voz entrecortada que no sabe dónde mirar ni qué hacer. La transmisión está cortada. En pantalla aparece una etiqueta: “Por la gravísima infracción al reglamento de la competición, que establece estrictamente que no se podrá hacer ninguna crítica, ni siquiera mención si no es para bien y de forma muy elogiosa al guía y supremo líder de la competencia.” República Plurinacional IbéricaExcelentísimo héroe Sr. Pedro Sánchez Pérez-Castejón, el programa queda suspendido. Ahora os ofrecemos una nueva edición de No-do. Salud y república.

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