La mascarilla obligatoria regresa a varios hospitales en Valencia tras el repunte de coronavirus


Tres hospitales valencianos han reintroducido de forma preventiva la uso obligatorio de la mascarilla en algunos de sus espacios debido al repunte de casos leves de coronavirus que se ha detectado en las últimas semanas. Una medida concreta que no se espera que se generalice en el resto de centros y que llega poco más de un mes después de que el Gobierno de España decretara el fin de la obligatoriedad de las mascarillas en hospitales o farmacias.

A pesar de ello, algunos pacientes habían optado por seguir utilizando este elemento de protección en lugares sensibles. El Ministerio de Salud notificó 880 casos durante la primera quincena de julio. En la segunda semana del mismo mes se duplicaron hasta los 1.549 y en las dos primeras semanas de agosto el número de contagios detectados ha llegado a los 3.220.

El Hospital Doctor Peset de Valencia fue el primero en volver a hacer obligatoria la mascarilla en el área de hospitalización y en Urgencias, así como en las salas de espera tras nota el repunte entre tus pacientes. A él se han sumado el Hospital de Sagunto y el General de Valencia, centro de referencia de 400.000 tarjetas sanitarias.

La circular enviada a todos los servicios desde la dirección de este último centro alude al “aumento apreciable” de casos de coronavirus no solo en la población general, sino también entre los ingresados ​​que se contagian durante su estancia en el hospital.

Por ello, se rescata la obligación de llevar mascarilla en las plantas hospitalarias con pacientes covid, en Urgencias, en las salas de espera, en el hospital de día y en las UCI. También se requieren usuarios que lleguen al centro con síntomas compatibles con la infección. El documento también recomienda su implantación en el resto de servicios, incluido el consultas externas.

Desde la Generalitat Valenciana señalan que se trata de medidas provisionales que pueden adoptar los distintos centros en virtud del Acuerdo del Consejo de Ministros de 4 de julio que puso fin a la crisis sanitaria. Esta orden incluía la posibilidad de que los Servicios de Medicina Preventiva y Prevención de Riesgos Laborales reforzaran la protección en función del riesgo detectado, con especial énfasis en los profesionales que trabajan con pacientes sintomáticos o vulnerables.

Hablando a Prensa Europael investigador del servicio de salud y farmacoepidemiología de FISABIO, Salvador Peiró, resta importancia a lo que califica como una decisión de control “razonable” y pide “tranquilidad” porque “la gran mayoría de los casos son muy leves” gracias a la vacunación. “Ya ha pasado una infección que supone un riesgo social y nos obliga a tomar medidas excepcionales porque nuestro sistema inmunológico ya ha cambiado y conoce y reconoce muy bien el SARS-CoV-2”, asegura.

Sin embargo, aunque en los casos leves “el virus habrá desaparecido en cuatro o cinco días como en los resfriados”, el uso de mascarilla y la distancia social siguen siendo cruciales, en cualquier infección respiratoria, como la gripe. «Tener un centro de salud lleno de pacientes en una sala de espera de urgencias y algunos infectados que tosen y respiran con ellos no deberían volver a ocurrir», afirma Peiró.

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