Desde el hermano mayor, José, conocido cariñosamente como Pepe, de 99 años, hasta el menor, Luis, de 77 años, cada uno de los Hernández Pérez ha contribuido a este extraordinario récord. Superando la marca anterior impuesta por una familia en Pakistán, la longevidad de los Hernández Pérez Se atribuye a una combinación de genética, buena alimentación. y, según Pepe, “Vive en paz, no te enfades y trabaja”.
Esta singular familia, originaria de Villa de Moya, en Gran Canaria, ha crecido toda su vida en su tierra natal y trabajando en el campo, lo que, según dicen, es parte de su secreto para mantener la salud.
José, el chico de 77 años, nos cuenta que se arrepiente de no haber tenido WhatsApp en su juventud, porque les hubiera ahorrado muchos viajes. “Antes ibas a la tienda y luego tenías que volver a contar lo que había y luego ir a comprarlo”. Su hermana, Luisa, lamenta no haber nacido más tarde para poder disfrutar de tanta tecnología, aunque afirma estar “perpleja” con algunas cosas que están pasando y la gente ve como normal.
Su sueño sería permanecer siempre juntos.
“Tratamos de unirnos para permanecer juntos tanto como sea posible. Es bueno que estemos todos aquí ahora, pero ya tenemos un camino por recorrer y vamos hacia arriba, sabemos que es imposible”. Los ojos de Luisa se llenan de lágrimas cuando nos cuenta que su sueño seria seguir teniendo a sus hermanos con ella para siempre. Y nos cuenta que tiene un miedo muy grande de perder a alguien, porque no conoce la vida sin él.
Con solo 22 años de diferencia entre el hermano mayor y el menor, los Hernández Pérez han cultivado una relación sólida y son conocidos en su comunidad no solo por su trayectoria, sino también por su humildad y dedicación.
La felicidad, la risa y el amor pueden ser la fórmula mágica para una vida larga y plena. Su legado seguirá vivo e inspirará a las generaciones futuras a aceptar la alegría y la conexión familiar como ingredientes esenciales para una vida extraordinaria.