“Llegó sin avisar”, avanza la madre. Gracias a la tranquilidad de sus padres, Alicia y Álex, y a la ayuda que recibieron del matrona a través de un videollamada. También contaron con alguna ayuda presencial, de Ana, Nerea, Telva y Carlos, enfermeros del centro de salud de Noia -los dos primeros- y el técnico y conductor de la ambulancia, que llegó unos minutos antes de la expulsión. a casa.
Mara es la segunda hija de Alicia y Álex, por lo que sabían que el parto podía ser rápido, como ya lo había sido para su hija mayor, Sofía. Pero no esperaban que fuera tanto. Y que habían llegado a bromear con la idea de dar a luz en el coche. Pero, en este caso, la realidad superó a la imaginación y ni siquiera les dio tiempo a subirse al vehículo.
“Estaba durmiendo y vi que la bolsa se me iba a romper, así que vine a la sala. Álex y Sofía estaban durmiendo. Dos horas después, alrededor de las 7:30 de la mañana, la niña se despertó y me pidió que le diera el pecho. Eso suelta oxitocina y, claro, influye. Pensé que iba a estar como con la primera, cuatro horas en casa, pero a las 8 me dieron dolor.
Ya tenían experiencia y tenían todo listo para ir al hospital de Santiago cuando comenzó el proceso de parto. Por eso, cuando Álex dijo que iba a llamar al 061, su mujer le dijo que no hacía falta. Sin embargo, “a los dos minutos le dije: no puedo bajar al carro, no me muevo del dolor. Sabía que la presión que sentía era que se iba a ir ahora. Necesitaba empujar”, recuerda Alicia.
Alex llamó al ambulancia a las 8.45 horas y, poco antes de las 9.00 horas, llegó a la vivienda con la intención de llevar a la parturienta al hospital de la capital gallega, a 36 kilómetros de su localidad. Pero Alicia no subió a la ambulancia: “A las 9:22 nació la niña y dije: ¿ya está ahí? Fue muy rápido”.
Fue un momento de “nervios, muchos nervios”, admite Álex. “¿Tienes la miedo que a mamá o a la niña le puede pasar cualquier cosa y que no tienes nada cerca”, señala mientras repite que estarán “por siempre agradecido profesionales de la salud, son nuestros padrinos”. Porque además de su asistencia profesional, junto con la ayuda de la matrona, que los acompañó durante el parto a través de una videollamada, les transmitieron la tranquilo y silencioso necesario para que hoy, esta familia noiesa pueda sonreír orgullosa de su hazaña.