Pedro Sánchez ha hilado un agresivo discurso de ataque central a la oposición y especialmente al primer partido de la Cámara, el PP, a cuyo líder, Alberto Nez Feijo, ha acusado de haberse unido “al club de Trump, Orban, Le Pen y ” Abascal”.
El candidato a la presidencia del Gobierno ha suscitado inmediatamente el rechazo de la bancada popular por los ataques que les ha lanzado Sánchez desde el primer momento, acusándoles de haber puesto en marcha una “agenda reaccionaria de la mano de Vox”.
El socialista que ha asumido que mañana prestará juramento como presidente del Gobierno con el apoyo de independentistas y nacionalistas ha reconocido el derecho de los ciudadanos a manifestarse pacíficamente en las calles pero ha avisado de que para la formación de un Gobierno lo importante son los votos de los diputados que responden a lo que querían los españoles en las urnas.
“En esta Cámara vamos a escuchar y acatar lo que quieran los representantes ciudadanos y formaremos un Gobierno constitucional porque dentro de la Constitución sólo hay democracia; fuera sólo hay imposición y capricho”, afirmó.
El candidato ha insistido en que es necesario que “el país se ponga en movimiento lo antes posible” para afrontar los retos que tenemos por delante y ha acusado a la derecha de intentar frenar todos los avances que impulsó su Gobierno en la pasada legislatura .
Sánchez ha acusado al PP, asimilándolo siempre a Vox, de ser el causante de todos los males de España, males contra los que su Ejecutivo siempre luchó con la distancia en favor de los trabajadores, las mujeres, los desfavorecidos y la igualdad. Todo esto “está en peligro por parte del PP y Vox”. “Hay que construir un muro de democracia, convivencia y tolerancia” contra la derecha, afirmó, antes de prometer que mientras sea presidente “no dará un paso atrás” en defensa de los derechos.
Ha dicho ser consciente de que muchos ciudadanos se sienten inseguros ante los cambios y les ha prometido una “respuesta firme ampliando el Estado de bienestar”. “La democracia debe responder brindando seguridad para que la incertidumbre no se convierta en ira que acabe minando la propia democracia”, afirmó, en referencia a los planteamientos de la extrema derecha que “acaban permeando a la derecha tradicional”, dijo, refiriéndose expresamente a el Partido Popular.
Sánchez ha hecho comparaciones entre la “opción reaccionaria y la opción progresista”. El primero, encabezado por la derecha y el segundo por la izquierda. El suyo, ha asegurado, “está comprometido con el progreso, los logros sociales y la solidaridad”. Y agregó: “Hoy tenemos que decidir si elegimos avanzar o retroceder. Tenemos que elegir: o avanzamos o volvemos al punto de partida”.
Según él, en España sólo hay dos alternativas: “La derecha retrógrada que destila clasismo y desprecia a quienes piensan diferente, es excluyente, rechaza los cambios y sólo propone una vuelta al pasado. La otra es la de las fuerzas progresistas que” Quieren seguir adelante y están convencidos de que tienen un futuro brillante que puede iluminar al resto del mundo”.
Sánchez ha acusado a las derechas de “instigar al odio y aprovecharse de las frustraciones de la población y son terriblemente eficaces en la propagación del resentimiento y el odio” y ha reprochado al PP “haber blanqueado y legitimado a la extrema derecha” y a Feijó haber ” “entrar en el camino de la perdición uniéndose al club de Trump, Orban, Le Pen y Abascal” dando a este último la plataforma para difundir “el odio”, como ha dicho la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. .