Raudelis se arriesgó y pudo escapar, nos cuenta: “Estuvimos siete horas esperando en el aeropuerto, estaba muy nervioso, oré al Señor para que nos dejaran salir. Le escribí mensajes codificados a mi prima y los borré. Inmediatamente por razones de seguridad. Estaba decidido, pero no sabía a qué me iba a enfrentar”.
“Escapé a la libertad por un sueño”
La complicidad de su familia en España fue clave, su tía fue a esperarlo con el coche: “Me escapé a la libertad por un sueño, huí con la ropa que tenía de la selección para no levantar sospechas. Y mi madre, llorando: “Me rompió el corazón”. Le dije que lo estaba haciendo por ella también”.
“Se lo debo todo a España, estoy agradecido”
Nació en uno de los barrios más pobres de Guantánamo, tiene 29 años y mide 1,92 metros. Se convirtió en desertor, pero valió la pena.
El jugador ha desarrollado la mayor parte de su carrera en su país natal y también ha sido internacional con la selección de su país. En la 2021-22 vivió su primera experiencia en España de la mano de Entrenadores Rodríguez Daimiel de la Liga EBA. Ahora juega Córdoba UCB Camper Eurogaza y ahí está feliz: “He encontrado la vida que me propuse buscar. Llegué sin nada, nací en un barrio que no me permitía ni tener zapatillas”.
Ahora Raudelis ayuda desde aquí a su familia: “A España se lo debo todo. Aquí puedes trabajar y comprar lo que quieras. Hay libertad de expresión, eso hay que valorarlo porque no saben lo que hay ahí fuera”.
No se arrepiente de la decisión que tomó y sabe que no podrá regresar a su país hasta dentro de ocho años “por traición”.