En medio de un conflicto donde Israel acusa a la milicia palestina Hamás de utilizar el hospital como base de operaciones, las condiciones se vuelven más desafiante. Los soldados israelíes registran el hospital mientras el personal médico trabaja incansablemente para atender a bebés prematuros que van desde 800 y 1.200 gramos peso, y el más pequeño nació a 28 semanas de gestación. El equipo médico trabaja incansablemente en el hospital, durmiendo por turnos para garantizar una atención constante a los recién nacidos.
Estos bebés, víctimas inocentes del conflicto, se han convertido en los símbolo más llamativo del sufrimiento humanos en Gaza. El hospital carece de información sobre las familias de los bebés, lo que dificulta localizarlos en medio del caos de la guerra.
El personal médico se esfuerza por brindar todo cuidado en condiciones extremas y aseguran que utilizan mantas térmicas y cilindros de oxígeno para mantener el bebes estables.
La falta de recursos es alarmante
Hospital le falta agua y enfrenta frecuentes interrupciones en el suministro eléctrico, lo que compromete la adecuada esterilización de los equipos médicos y pone en riesgo la higiene necesaria para proteger a los bebés de enfermedades e infecciones.
El bloqueo que sufre Al Shifa impide la reconstrucción de los sistemas dañados. El falta de electricidad afecta el funcionamiento de incubadoras y escasez de combustible pone en riesgo la vida de los bebés prematuros que necesitan oxígeno para sobrevivir.
A pesar de los anuncios del ejército israelí sobre el envío incubadoras y alimentos Para los bebés, el personal médico enfatiza la urgente necesidad de combustible para hacer funcionar las incubadoras y mantener viva a estos bebés vulnerables.
Bebés prematuros evacuados
El ataque militar al hospital ha provocado estragos en infraestructura médica. Eso sumado a la falta de suministros ha provocado que sus bebés prematuros tengan que ser evacuados a un habitación especial con el fin de garantizar su seguridad y asistencia médica especializada.