Un dirigente del Ejecutivo del PSOE sale por la puerta del Congreso, abre los brazos al cielo y exclama: ¡Estábamos en la UVI!, parafraseando la arenga de Manuel Ruiz de Lopera a la afición del Betis en 1994. ¡Lo hemos conseguido, lo hemos conseguido!, repitió un diputado socialista. ¡Dios mío, lo logramos!, comentó otro. En las oficinas del Gobierno en el Congreso, los ministros le hicieron un pasillo a Pedro Sánchez. ¡Aplausos, gritos de presidente! y algunos rebotes de extremidades. Bueno, para resumir una posición socialista. ¿Y cuál es la cosa? Formar gobierno. No se nada; No sé, eso se lo pregunta al presidente… Una vez superado el trance de la investidura, los nervios se apoderan del Gobierno y del PSOE por el ruido de las piscinas. Sillas calientes. El presidente no nos ha dicho nada; Pedro está muy sorprendido; Cualquiera puede saltar…; Habrá cambios… Claro, reducción de carteras. Así llegan los ministros.
NADIA CALVIO. Ha mutado hacia un perfil más político que técnico, siendo a menudo el escudo eficaz de Sánchez contra PP y Vox. Autoridad económica del gobierno. Las diferencias entre ella y Unidas Podemos han sido notables, especialmente con Pablo Iglesias o Yolanda Díaz. Voz respetada en Bruselas. Quiere continuar, pero está a la espera de su candidatura para presidir el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Lo sabremos a finales de año. Si resulta elegida, no podrá ocupar el cargo. Sánchez debe decidir ante el humo blanco.
YOLANDA DAZ. Heredó el liderazgo del espacio de Unidas Podemos cuando fue elegida personalmente por Iglesias. La repetirá como vicepresidenta, pero previsiblemente Sánchez colocará por encima de ella otra autoridad económica para protegerla. Suyas son algunas de las principales banderas de este Ejecutivo: el diálogo social, la subida del salario mínimo, la reforma laboral… su objetivo sería aumentar sus competencias.
TERESA RIBERA. En el PSOE es un fijo a seguir. La Transición Ecológica es uno de los ejes de Sánchez, que la llevó como número dos de las listas en Madrid, confeccionando billete. Sus iniciativas para reducir la luz o el gas dieron oxígeno a Sánchez en un momento complejo. Ha sabido desenvolverse en Europa.
JOS MANUEL ALBARES. Persona de máxima confianza de Sánchez. Leal. Asesor internacional del presidente incluso antes de convertirse en ministro. Ha gestionado con reconocimiento crisis como las de Afganistán, Ucrania, ahora Gaza… ha contribuido al perfil internacional de Sánchez, en el que tan cómodo se encuentra. Una billetera muy sensible. Marruecos siempre presente. El toque español del Shara me queda como una espina clavada. El choque con Argelia ya está reconducido, ya que esta semana el Gobierno ha concedido el puesto al nuevo embajador de Argelia en España.
PILAR LLOP. Pese a ser la titular de Justicia, ha estado alejada de los grandes asuntos que debería haber tenido a su cargo, como la negociación con el PP para la renovación del Poder Judicial o la reforma de la ley del “sí es sí”. Ensombrecido por el liderazgo de La Moncloa.
MARGARITA ROBLES. Sin tener carné de partido, es una persona muy fiel a Sánchez, que deposita en ella confianza y responsabilidades. Antes de convertirse en ministra, fue portavoz en el Congreso. Se las arregló sin agujeros. Su perfil permite al presidente del Gobierno esa imagen más centrada, para acercarse al elector más moderado, incluso conservador. Pese al choque con Podemos, el Ejecutivo envió armamento a Urania y ha aumentado el gasto militar.
MARÁ JÉS MONTERO. De las personas más cercanas a Sánchez. Ha logrado elaborar tres Presupuestos en tiempo y forma como Ministra de Finanzas. Tiene poder en el Gobierno y en el PSOE, donde es la número dos. Es una extensión de Sánchez, hasta el punto de que ha estado presente en las negociaciones más importantes de los últimos años con otros partidos. La definen como una piedra para negociar por parte de los socios del PSOE. Todos dan por fijada su continuidad, incluso con más peso y responsabilidad. De ser así, quizás se vea relevado de trabajo en el partido, lo que abriría la puerta a cambios en Ferraz.
FERNANDO GRANDE-MARLASKA. Ha estado en el punto de mira durante años. Erosión y desgaste en el frente Interior. Acciones en manifestaciones o en las fronteras con Marruecos le han brindado ocasiones críticas y polémicas. La tragedia de la valla de Melilla fue un gran topo. Ya se especuló con su salida en la remodelación de 2021, pero Sánchez le ha apoyado siempre que ha podido. La última vez, esta semana: tenemos un Ministro del Interior extraordinario.
RAQUEL SÁNCHEZ. Ha gestionado una cartera clave para los nacionalistas y las comunidades, por el gran volumen de dinero que gestiona y distribuye: Transportes. Un portfolio que, en teoría, debería ser un importante escaparate expositivo. Después de años de bloqueo, logró acordar la Ley de Vivienda, que, sin embargo, no se ha implementado como se esperaba. Su departamento sufrió una crisis por el fiasco de los trenes en Asturias y Cantabria.
PILAR ALEGRA. En las reuniones matinales de Sánchez con su núcleo duro se sienta a su derecha. En el PSOE se la ve como una figura en ascenso. Ha sido una de las llamadas ministras políticas, encargada de dar la cara en los medios, siendo la voz del Gobierno. Es la portavoz del PSOE. Podría seguir en un ministerio más político que el de Educación.
HÉCTOR GÉEZ. Fue nombrado titular de Industria en marzo de 2023. Anteriormente fue portavoz en el Congreso. Pese a tener poco margen, ha activado los asuntos pendientes del ministerio, entre ellos el PERTE. Tiene buena armonía y aceptación en su sector.
LUIS PLANAS. Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación desde 2018. Buen diálogo con el sector primario. Pese a las crisis derivadas de la Covid-19 y la guerra de Ucrania, los disturbios en el campo han sido contenidos.
FLIX BOLAOS. La persona de Sánchez para todo. Negociaciones, leyes, apagando incendios… Con algunos altibajos, nadie en el PSOE duda de lo que seguirá. Se ha desempeñado como vicepresidente político in pectore. Está por ver si se queda con más responsabilidades o cambia de cartera, pasando de la Presidencia a otra con poderes más palpables.
ISABEL RODRÍGUEZ. Ha tenido un papel más destacado como portavoz que como ministra de Política Territorial. Ha reactivado las transferencias a las comunidades, donde Cataluña y Pas Vasco lo han capitalizado casi todo. La pandemia impulsó la cogobernanza. Ha reducido los conflictos de competencias con las comunidades autónomas. Una apuesta que Sánchez hizo con un ojo puesto en Castilla-La Mancha a la espera del fin de la era Page. En el PSOE creen que podría haber cambio de portavoz del Gobierno.
MIQUEL ICETA. Perfil muy político para un ministerio del que muchas veces se dice que es María. Referente del socialismo catalán y defensor de la política de reencuentro y convivencia de Pedro Sánchez. Su ministerio, el de Cultura y Deportes, pasará a manos de Sumar, previsiblemente a Ernest Urtasun, un perfil político.
JOSH MIONES. Nombrado en marzo, sin tiempo para rentabilizar la Sanidad. Su cartera podría recaer en Mnica García (Sra Madrid).
IONE BELARRA. Podemos se queda sin consejerías. Ella es la líder morada, pero no tendrá cartera. Derechos Sociales apunta a uno de los ministerios de Sumar.
DIANA MORANTE. Una de las apuestas del presidente Sánchez. La ciencia, a pesar de sus inversiones y ayudas, no ha permitido exponerse en un contexto altamente politizado.
IRENE MONTERO. No seguir. La igualdad, de hecho, pasó a manos del PSOE. Gestión muy ideológica de la cartera, con reproches incluso de Sánchez. Ha conseguido importantes logros, como la ley trans o la ley LGTBI. La gran mancha: el agujero en la ley del sólo sí es sí.
ALBERTO GARZÓN. No seguir. Se espera que el consumo desaparezca como ministerio.
JOS LUIS ESCRIV. Independiente. Pese a estar envuelta en alguna polémica o exabrupto, su gestión en Inclusión, Seguridad Social y Migraciones cuenta con el apoyo de Sánchez. Hito: revalorización de las pensiones según el IPC.
JOAN SUBIRATS. El Ministerio de Universidades también podría desaparecer. Gestión desapercibida, sin tomar medidas rentables.