La protesta ante el penalti injusto


Fernando Llopis

Fue el última jugada del juego, una falta justo en medio del campo de fútbol sala. Un partido amateur, pero con cierta tensión. El jugador golpea la pelota con una fuerza inusual, logrando que, sorprendiendo a todos, entre en la portería. La euforia de su equipo se desata hasta que se dan cuenta de que el árbitro ha pitado el final del partido justo después de ejecutar el tiro libre y por tanto el gol no cuenta.

Yo estaba jugando en el equipo agraviado ese día y quizás sea la única vez que me enfrenté al árbitro con cierto enfado. Desde que tuve que pitar un par de partidos siempre entendí lo difícil que era su trabajo. El árbitro me miró con la expresión de asumir su error pero que no se podía hacer nada. En ese momento llegó un jugador del otro equipo y dijo: “Árbitro, ¿ha pitado el final?”. Ante el gesto afirmativo del árbitro, se retiraron felices al vestuario.

Ahí te das cuenta de la derrota, posiblemente injusta, pero derrota al fin y al cabo. También eso Las protestas no sirven para nada. El culpable parece claro, un grave error arbitral. Me acordé de lo que nos pasó en este partido ya que hace unos días pasó algo parecido en la máxima liga española. Las ganas de pitar el final sin esperar a que termine la jugada pueden provocar algunas situaciones extrañas.

Ante la proclamación de Pedro Sánchez Como nuevo presidente de España veo a la derecha española como yo ese día protestando ante el árbitro por una decisión injusta o al menos incomprensible. Algunos esperaban un giro del destino que les privara de esta amarga derrota, algunos pensaban que el PNV iba a volver a respetar su ideología, otros que Junts era un partido loco y que iban a anteponer su locura su beneficio, incluso algunos imploraron al cielo para que, atentos a los datos, los diputados de Podemos dieran un susto a Pedro Sánchez. Algunos se atreven ahora a pensar absurdamente que el Rey de España debería impedir lo que los votos de unos y otros no impidieron.

Como era de esperar, nada de esto ha sucedido y Pedro Sánchez ha obtenido Más votos en su investidura que en ocasiones anteriores. De nada han servido las protestas en plazas o en las sedes del PSOE. Es más, es probable que estos últimos hayan dado aún más justificaciones al ahora presidente ante la opinión pública, por tener que tragarse los sapos ante las peticiones de los ‘indepes’.

Con el tiempo, meditas y concluyes que ese partido no se perdió simplemente por decisión de un árbitro. Durante los cincuenta minutos hubo muchas jugadas, aciertos y fracasos por parte de ambos bandos. Pero es más fácil culpar al tercero. Considero que Vox y el Partido Popular deben ante todo hacer un análisis serio de todas sus estrategias implementadas desde las elecciones de mayo que llevaron a su derrota en julio.

En segundo lugar, deben ser conscientes de que están prácticamente solos ante el resto de fuerzas políticas, que si han proxeneta a los socialistas, el resto de españoles nos desprecian brutalmente. Y, por último, ya deben planificar su estrategia política en los próximos años con el objetivo de garantizar que No seáis los independentistas los que marquéis el destino de nuestro país llevándolo a la ruina.

Eso sí, no deberían seguir cayendo en la absurda estrategia de señalar a los diputados socialistas que han dicho sí a Sánchez en las redes sociales. De igual manera podrían señalar a quienes votaron por esos diputados, pero hay que asumir que les guste o no, eso es democracia.

Y recuerda que las manifestaciones pueden estar bien, si se desarrollan con normalidad, pero su utilidad es menor que mis protestas al árbitro una vez finalizado el partido.


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