“Prometo, por mi conciencia y honor, cumplir fielmente las obligaciones del cargo de presidente del Gobiernocon lealtad al rey, y guardar y hacer que se guarde Constitución como norma fundamental del Estado, así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros”, ha afirmado el líder del PSOE, que también ha incluido la palabra “ministros” en el texto del que ha leído la fórmula .
En este escenario, el papel de Partido Popular queda relegada a la tarea de decidir qué tipo de oposición se realizará y quién acompañará Alberto Núñez Feijóo en el proceso. Sugiere que será una oposición dura y firme. “Tranquilos, ¿vale? Pongámonos manos a la obra”, respondió el líder opositor a los periodistas que le preguntaron por el futuro inmediato.
Para llegar al presente es necesario mirar al pasado. Hace más de un año y medio, Feijóo fue elegido presidente de Partido Popular heredando así una etapa difícil para el partido. Con 89 diputados, resultado de unas elecciones en las que no fue candidato. Se convierte en líder de la oposición sin poder estar en el Congreso e intenta centrar su papel en el Senado mientras realiza cambios en el partido. De esta forma borra las caras principales de la etapa anterior, aunque también mantiene otras, como Cuca Gamarraque se hace secretario general y antiguos conocidos como González Pons cualquiera Borja Sempera quien nombra portavoz de campaña para unas elecciones en las que arrasa.
El 28 de mayo logró gobernar en 11 comunidades y en más del 40% de los ayuntamientos. Pero hubo un giro, un cambio de estrategia. Unas elecciones antes de tiempo que condicionan las noticias. Es cierto que Feijóo gana, pero no suma. Tras ello, decide acudir a la investidura y contar su alternativa. Esto le fortalece, señalan los suyos, para esta nueva etapa en la que se registrarán cambios, aunque mínimos, dicen fuentes populares, para armar un oposición tranquila pero firme.