La amnista de Snchez imita la ley de ruptura de 2017 de Puigdemont que anulaba los delitos del 1-O


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El entonces ‘president’ intentó borrar “los procesos penales por pronunciamientos sobre la independencia y la creación de un nuevo Estado”

Puigdemont firma la primera ley de la ruptura.
Puigdemont firma la primera ley de la ruptura.J. CARAZO

La ley de amnistía que el PSOE ha diseñado junto a ERC y Junts para borrar todo rastro de los crímenes cometidos por los independentistas catalanes a lo largo del procés tiene un precedente que sus promotores han evitado revisar por la sencilla razón de que es una norma inconstitucional y que, lejos de promover la normalización institucional, política y social en Cataluña, contribuyó al quiebre de la legalidad en el otoño de 2017.

Este precedente no es otro que la Ley de Transición Jurídica y Fundacional de la República aprobada por el Parlamento con los votos de JxS y la CUP en la madrugada del 8 de septiembre de 2017 y con la que el Gobierno de Carles Puigdemonty Oriol Junqueras pretendía dar el salto de la legalidad española a la catalana una vez hecha efectiva la declaración unilateral de independencia en aplicación del resultado del referéndum ilegal del 1-O.

El punto 4 del artículo 79 de la segunda de las leyes de ruptura prevé que los jueces y tribunales desestimen o anulen las actuaciones penales contra los investigados o condenados por conductas que pretendieran un pronunciamiento democrático sobre la independencia de Cataluña o la creación de un nuevo Estado de democracia y no democracia. -forma violenta.

Con la aprobación de esta ley de desconexión, Puigdemont pretendía anular los procesos judiciales por la consulta independentista del 9-N y los que podrían iniciarse para castigar la organización del 1-O antes de que los tribunales catalanes acogieran los casos abiertos por los tribunales españoles. , algo que también estaba previsto en el mismo artículo 79 de la Ley de Transitoriedad cuando decía que los casos que, según el ordenamiento jurídico anterior a la sucesión, sean o hayan sido competencia de la Audiencia Nacional, del Tribunal Supremo o de cualquier otro Los órganos judiciales españoles fuera del territorio de Cataluña, incluido el Tribunal Constitucional, serán inmediatamente asumidos por los órganos judiciales catalanes.

Así, la ley de amnistía que el PSOE registró el lunes solo en el Congreso para asegurar la investidura de Sánchez se limita a desarrollar en 23 páginas la medida de gracia con la que Puigdemont ya intentó amnistiarse en 2017.

El entonces presidente de la Generalitat vio truncadas sus intenciones por el Tribunal Constitucional, que el 12 de septiembre, sólo cuatro días después de su aprobación, suspendió la Ley de Transición, y el 8 de noviembre la anuló definitivamente.

Sin embargo, seis años después, el prófugo ha aprovechado la debilidad del candidato del PSOE y su voluntad de cambiar su reelección por cuantas concesiones le exigieran las fuerzas separatistas catalanas para ver cumplido su objetivo.

El apartado de la ley de ruptura tiene evidentes similitudes con el apartado a del artículo 1 de la actual ley de amnistía, que dice: Serán amnistiados los actos cometidos con la intención de reivindicar, promover o procurar la secesión o la independencia de Cataluña, así como aquellos quienes hubieran contribuido al logro de tales propósitos.

La diferencia es que Junts -que ha alardeado de haber redactado más de la mitad de la ley de amnistía- ha sido mucho más cuidadoso que en 2017, probablemente porque entonces el independentismo asumió que serían los tribunales del nuevo Estado catalán los indicados. que le aplicarían la medida de gracia y ahora temía que la Justicia española bloqueara su ejecución, impidiendo su propósito.

De este modo, el texto actual prevé la amnistía para actos que entrañen responsabilidad administrativa o contable y no sólo penal y se extiende a un amplio espectro de supuestos para abarcar la amplia gama de causas penales de los actores independentistas: actos tipificados como delitos de usurpación de derechos públicos funciones, malversación o prevaricación, actuaciones realizadas con el fin de difundir el proyecto independentista o actos de desobediencia, desorden público, atentado contra la autoridad (…) u otros actos contra el orden público y la paz.

Y es que, si la amnistía original de Puigdemont anulaba los crímenes cometidos de forma no violenta, la que también asume el PSOE protege las protestas violentas cometidas contra la sentencia del procés dictada por el Tribunal Supremo organizada y llevada a cabo por Tsunami Democrático. o los Comités de Defensa de la República (CDR).

Destacar que ERC considera que los procesos judiciales por terrorismo que afectan a los CDR y a su secretario general, Marta Roviraidentificado como coordinador del Tsunami, no están suficientemente cubiertos por la ley de amnistía de Sánchez y, de ahí, piensan presentar enmiendas para ampliarla, según confirmó ayer el presidente de la Generalitat. Pere Aragónquien afirmó: No queremos dejar ningún resquicio para los intentos de adulterar el significado de la ley.

El líder de ERC también destacó que el caso de la expresidenta del Parlament y presidenta de Junts, Laura Borrés, no puede ser amnistiado porque no es un hecho relacionado con el proceso independentista.

La cerrada defensa que ahora hace el socialismo de la ley de amnistía para favorecer esa amnesia de las propiedades conciliatorias no surgió cuando se aprobó en el Parlamento la Ley de Transición durante la maratónica sesión en la que se vulneraron los derechos de los diputados constitucionalistas. Michael Iceta, entonces primer secretario del PSC, proclamó, en referencia al título V de la norma, en el que se inscribe el artículo que quería anular los crímenes separatistas: Es contrario a la Constitución y al Estatuto. Da plena satisfacción a aquel dirigente socialista que quiso matar y enterrar Montesquieu. Pues realmente, el Parlamento de Cataluña lo ha hecho, con mucha eficacia, y la separación de poderes ha desaparecido. Declaraciones que hoy, con una ley mucho más ambiciosa que aquella, serían impronunciables para cualquier dirigente socialista.

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