Una oportunidad para los de Félix Alonso superar en sólo ocho partidos las victorias de toda la primera vuelta del año pasado. El plan es claro en un grupo que conoce sus virtudes e intenta paliar algunas debilidades derivadas de la ausencia de Turner y Jawara, que no estarán hoy aquí, al igual que Bolong Zheng, todavía en China. El resto, todo disponible. Defensa como lema, no bajar la intensidad ni un minuto y concentración para dominar el rebote, claves que son fáciles de decir y que costará más hacer. El nombre de Romaro Gill sale a la palestra tras su partidazo en Menorca. Despertó el gigante jamaicano, que quiere continuar con su intimidación y su juego por encima del aro.
En ataque los cobistas también necesitarán mantener un alto porcentaje de éxito externo. Hay muchos puntos en enfermería y el paso adelante que han dado los Adika, Palazuelos y, sobre todo, Llorente debe seguir vigente.
Metamorfosis
Todo en uno contexto de cierta “ignorancia” del rival. El Betis, salvo el uniforme, ha ido cambiando todo. Sobre el progreso. De un entrenador, de jugadores, de la titularidad. Y por supuesto, de esos polvos, de estos lodos. Con un balance de 1-6 y solo abajo, la situación es de máxima presión y “run-”run permanente. Una situación similar a la que trajo el Fuenlabrada al Pazo pero con dos jornadas más disputadas. Por tanto, cuidado con la trampa y con los lobos vestidos de ovejas.
El Betis sigue cambiando piezas y ayer cerró el fichaje del veterano pívot Kaspars Berzins, que mide 2,13, 38 años y experiencia en la Liga ACB y competición europea. Debutará en Ourense mientras aprende los nombres de sus compañeros.
Un juego para admirar. La COB quiere amarrar en casa antes de afrontar otra de esas jornadas “triples”. Sin mirar la clasificación, pero con el objetivo de que la resurrección del Betis se aplace al menos una semana más.