Una de las situaciones más críticas se está viviendo en el hospital más grande del Strip. La mayoría de pacientes y médicos han sido evacuados tras la supuesta orden de evacuación forzosa que habían emitido las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), algo que la parte israelí niega haber hecho.
Siete semanas de ataques
ellos ya estan 43 días de ataques incesantes ataques a la Franja como represalia por el ataque sorpresa de Hamás el 7 de octubre. Unos ataques y un asedio que han supuesto la muerte de 16.000 personas en territorio palestino, según informaron las autoridades de Gaza. Y el alto el fuego todavía no tiene visos de llegar.
En medio de los combates, la población tiene que hacer frente a una escasez de productos y servicios básicos cada vez mayor. Desde Israel han permitido la entrada diaria de dos camiones con combustible para “garantizar el mantenimiento mínimo necesario de los sistemas de agua, residuos y saneamiento” y así prevenir el brote de enfermedades que “potencialmente” también podrían extenderse a Israel, según el diario ‘The Times of Israel’.
las organizaciones de ayuda humanitaria Han advertido de que esta cantidad es insuficiente para paliar las necesidades de la zona, e incluso la ONU ha reconocido que se ha visto obligada a suspender el envío de esta ayuda precisamente por la falta del combustible necesario para poder distribuirla entre la gente.
El resultado es que todo tipo de alimentos, así como agua y cualquier tipo de comestibles y productos básicos, escasean en la Franja. Además, los habitantes de Gaza desplazados se están acumulando en las calles del sur de Gaza. Por eso el OMS ha advertido de aumento de enfermedades y ha expresado su temor a que el deterioro de la situación humanitaria de dos millones de civiles debido a los ataques y la falta de entrada de alimentos pueda conllevar “la posibilidad inmediata de morir de hambre”.
“Los heridos llenan los hospitales”
“Mis primos, mi tía… Todos han sido martirizados… Fueron alcanzado por tres misiles “Entraron por la cocina y por los dormitorios para que nadie saliera con vida”. “Estaba en casa con mi marido y mi hija cuando explotó un misil. Ella tenía la boca llena de escombros. Al final pude decirle a mi hija que estaba viva”. Estos son los testimonios de civiles palestinos. Y no hay ningún lugar seguro en el territorio de Gaza.
Los cadáveres se amontonan en la calle mientras los hospitales llevan días al borde del colapso. Especialmente el principal del Strip, el de Al-Shifa, donde Israel está convencido de que se encuentra la sede de Hamás. “El los heridos llenan los hospitales, pero tienen que dormir en el suelo. A nadie le importamos. No hay medicinas ni alimentos… No hay nada”, dice uno de los evacuados del hospital.
Un millar de menores heridos han logrado ser evacuado a los Emiratos Árabes. “Me desmayé. Perdí movilidad. Gracias a Dios nos subieron a un avión y me van a tratar en Emiratos”, explica uno de estos menores. Y mientras decenas de miles de palestinos intentan buscar refugio, Hamás en Gaza y Hezbolá en el Líbano siguen ofreciendo una feroz resistencia a la ofensiva del ejército hebreo.