Aquellas 250 camisas al día que cosían las trabajadoras de Cotex Boce en Celanova



Terra de Celanova ha registrado, en los dos últimos años tras la pandemia del coronavirus, un auge en la creación de cooperativas hasta contar con una decena de entidades agrarias, de trabajo asociado y juveniles distribuidas en los diferentes municipios. Una fórmula de trabajo social que recuerdan con cariño desde la ya extinta cooperativa Cotex Boce (Cooperativa textil Bola-Celanova), pionera en la región en el sector textil.

Sus socios fundadores, porque las mujeres eran mayoría en aquella primera cooperativa Fábrica textil que tenía su fábrica en un semisótano de la avenida San Rosendo de la capital, se reunió ayer después de dos décadas, para recordar y celebrar aquellos tiempos. “Es una historia muy linda, aunque eran tiempos difíciles, éramos un gran equipo”, recuerda José Antonio Vázquez quienes, junto a Juan Ananín, éramos los únicos hombres de una cooperativa de 15 socios que se dedicaba exclusivamente a la confección de camisetas. .

Hace 35 años, y sin apenas opciones laborales, Vázquez y Ananín se encargaron de poner en marcha un proyecto social, pionero en su gremio, que permitió crear empleo y fijar población en el territorio. “La idea era crear un negocio, trabajar aquí y surgió esta opción. No teníamos ni idea de sastrería, salvo un par de socias que eran costureras, pero nos formamos y trabajamos mucho. Producimos 250 camisetas en un día”, recuerda Vázquez, aunque resalta cómo uno de los mayores logros de la sociedad fue la oportunidad laboral que brindó a las mujeres más jóvenes. “Para la gran mayoría fue el primer contacto con el mundo laboral, el primer contrato, el primer salario que, si bien no fue muy grande, fue una ayuda”, recuerda sobre una sociedad, la de los años 80, donde “ sólo trabajaban afuera. el marido, la mujer se dedicaba al trabajo en el hogar y en el campo. Fue un motivo de orgullo para todos”, afirma.

Tras ella vendrían más cooperativas, empresas que vincularon a Celanova con el sector textil, pero quedó marcado en sus fundadores el recuerdo de Cotex Boce que, cuando Maribel de Rairigo propuso la idea de realizar una comida de confraternidad, todos dijeron que sí. . “Fue un buen recuerdo, incluso yo, que luego monté mi propio negocio, incluso me he planteado la posibilidad de crear una nueva cooperativa, sería interesante para Celanova”, afirma este jubilado dispuesto a ayudar a todo aquel que quiera apostar por esto. fórmula. “Creo que sería bueno para Celanova, hay muchas opciones y más ayuda”, afirma.

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