En Argentina, votar es obligatorio, salvo las excepciones previstas por la ley y que en todo caso deberán ser justificadas por el elector. La no asistencia implica multa y, en caso de falta de pago, inhabilitación para realizar trámites ante organismos oficiales durante todo un año.
En España, más de 110.000 ciudadanos están llamados a las urnas en seis centros diferentes, distribuidos según los distintos consulados.
¿Cómo se hundió Argentina?
Han pasado más de 20 años desde el 1 de diciembre de 2001 en que se publicó el decreto 1570/2001 con el que se acabó la pesadilla de los temidos ‘corralito’ se hizo realidad para Argentina.
A partir de ese momento, el dinero que se podía retirar por semana fue limitado en ese país. Sólo se podía retirar efectivo en pesos o dólares y estaban prohibidas las transferencias al exterior.
Fueron restricciones que duraron un año y que poco después se vieron ensombrecidas por el llamado ‘corralón’ con lo cual el entonces presidente Eduardo Duhalde con el que todos los depósitos bancarios estaban denominados en pesos y se derogó el sistema de conversión por el cual un peso valía un dólar, provocando la devaluación del peso.
Las consecuencias de estas políticas resultaron pobreza en todas sus carascaída del PIB, aumento de la tasa de pobreza, inflación muy alta y grandes desequilibrios fiscales.
Perfiles de candidatos
Con las elecciones que se celebran hoy el país quiere marcar su futuro. Se enfrentan al funcionario Sergio Massa y el candidato de extrema derecha Javier Milei y se espera que la batalla sea muy reñida.
Milei ha centrado su campaña en acusar a la política tradicional y a sus líderes, a quienes llama de casta, de ser responsables de los males de Argentina.
En materia social, se ha manifestado en contra del aborto, incluso cuando el embarazo se debe a una violación, y cree que un mercado para promover la compra y venta de órganos podría ser una buena idea. Defiende la dolarización de la economía y siente afinidad por Margaret Thatcher.
Massa, por su parte, aborda la paradoja de ser responsable de las finanzas de un país que atraviesa uno de sus peores momentos económicos.