Asume el poder de todo lo importante: sigue como ministro de Presidencia y Relaciones con las Cortes, pero, además, suma Justicia
Una de sus peores borracheras fue en el pueblo de su padre y su esposa. Con un trago al que llamaban ‘el machacante’: un trago -“no sé qué tenía”- que había que golpear en la mesa y beber. Después de meses de tensión y presión, de una dura negociación con Junts y ERC para aprobar la Ley de Amnistía y de haber conseguido adelantar la investidura de Pedro Sánchez, Félix Bolaos bien podría haber celebrado con otro ‘aplastamiento’. El presidente del Gobierno, el hombre para todo, asciende en el Ejecutivo. Asume el poder sobre todo lo importante: continúa como ministro de Presidencia y Relaciones con las Cortes, pero, además, suma Justicia. Un ministerio esperma que representa, de facto, casi una vicepresidencia política aunque no ostente ese rango.
Nacido en Madrid el 17 de diciembre de 1975, es Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Fue número uno en su promoción tanto en el Curso de Derecho General de la Escuela de Práctica Jurídica como en el Curso Especial de Derecho del Trabajo de la Escuela de Práctica Jurídica. Pero, sobre todo, es la persona de confianza de Sánchez. Hay una gestión, un problema, está Bolaos. Fue el artífice de los estados de alarma durante la pandemia y ahora ha sido el artífice de la Ley de Amnistía, además de ser interlocutor con Junts y ERC -fue él quien firmó el acuerdo con Oriol Junqueras en el pacto con el Republicanos – .
Bolaós seguirá siendo el encargado de engrasar el Gobierno desde su puesto de ministro de la Presidencia, como ese pegamento entre los dos socios que comparten Gabinete. El hombre de confianza de Sánchez seguirá presidiendo la Comisión General de Secretarios y Subsecretarios, que es donde se preparan los Consejos de Ministros y donde se decide qué se eleva a aprobación y qué no. Un trabajo entre bastidores, en las relaciones con los socios, la preparación y coordinación de las principales leyes e iniciativas que lleva adelante desde hace años. Ahora con los focos apuntándole, antes en la trastienda. Desempeñó el cargo de Secretario General de la Presidencia del Gobierno desde junio de 2018 hasta que fue nombrado Ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática en julio de 2021. Anteriormente, y desde 2008, ocupó el cargo de Letrado del Banco de España y posteriormente fue nombrado responsable del área de Asesoría Jurídica Laboral y Documentación Jurídica.
Ahora también asume la Justicia. Aunque en los últimos años esta cartera ha estado liderada por Pilar Llop, lo cierto es que de facto se puede decir que era la ministra. Pilotó la reforma del Código Penal para eliminar el delito de sedición y reducir el de malversación como guía para los independentistas y comandó la negociación -finalmente frustrada- con el PP para intentar renovar el Consejo General del Poder Judicial. Ahora es tu responsabilidad formal.
Y es que el lado de la Justicia es otro desafío para el Gobierno. Primero, porque la Ley de Amnistía va a marcar la legislatura. Segundo, porque el Ejecutivo sabe que debe explicarlo y defenderlo ante las críticas y censuras de la oposición. En tercer lugar, porque Europa está alerta y también necesita explicaciones. De ahí situar a Bolaos, un perfil con trayectoria y un político de primera línea.
Este perdón a aquellos involucrados en el proceso Ha provocado el rechazo de todos los actores de la Justicia: el Tribunal Supremo; el Consejo General del Poder Judicial; las cuatro asociaciones judiciales; los fiscales, los abogados del Estado… Canalizar las relaciones, relajar la relación entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, tensa a lo largo de todo el mandato de Sánchez, será otra de las tareas.
Otro factor a tener en cuenta es que el Gobierno está decidido a renovar el Poder Judicial esta legislatura, aunque no llegue a un acuerdo con el PP o no haya opción de negociar. De hecho, ya dejaron claro este propósito en el pacto de Gobierno firmado entre el PSOE y Sumar: “Garantizaremos el cumplimiento de la Constitución en relación con la renovación de los órganos constitucionales, especialmente el Consejo General del Poder Judicial, evitando la deslealtad constitucional de algunos actores políticos”.